La alianza del Museo Thyssen-Bornemisza y la Fundación Caja de Madrid, de nuevo, ofrece una oportunidad única a los amantes del arte. En esta ocasión, desde octubre hasta el 11 de enero de 2009, nos brinda una exposición que contempla el desarrollo del arte nuevo internacional en el periodo que trascurre entre 1913 y 1919 y establece una lectura para su interpretación cuyas pautas vienen dadas por la guerra. Destaca la misión profética que asume el arte de vanguardia en relación a los acontecimientos que van a determinar su crisis, la capacidad que los nuevos lenguajes descubren para convertir sus representaciones en divisa visual del belicismo, las diversas derivaciones de una escritura apocalíptica que emerge y muere en este periodo, así como la posición de denuncia ante el disparate de la contienda que asumen algunos artistas.

Pocos acontecimientos históricos tuvieron una capacidad de determinación tan fuerte sobre la trayectoria de las primeras vanguardias artísticas como la guerra de 1914. El tiempo anterior al estallido de la guerra coincidió con el de máxima vitalidad de los movimientos de vanguardia, en cuya voluntad de insurrección se anticipaba la militancia belicista por la que se pronunció una mayoría de los artífices del arte nuevo cuando se desató la contienda. Sin duda, la experiencia de la guerra marcó su trabajo y puso en contradicción lo que pensaban con la dura realidad que vivieron, dejándonos un legado artístico extenso y de gran intensidad.

Un recorrido por las obras de Meidner, Boccioni, Dix, Nolde, Kandinsky, Marc, Severino, Klee, Chagall, Grosz, Kirchner y otros muchos, hasta sesenta y ocho autores que nos harán percibir y sentir la paradoja de aquella guerra de culturas.