En primer lugar porque todo el discurso que la dirección del PP, con Rajoy a la cabeza, ha venido realizando en torno al caso Bárcenas y su ramificación Gürtel ha sido falso de forma intencionada. Han ocultado y mentido esperando que no se descubriera la financiación ilegal, los sobres, la contabilidad B, los millones en Suiza, ….

En segundo lugar, porque no solamente han mentido desde que aparecieran los primeros datos en Baleares y la Comunidad Valenciana en relación al “Bigotes” y demás pandilla, han seguido mintiendo sin mover una sola ceja mientras se descubrían datos y más datos, y además mintieron durante 20 años, manteniendo posturas y palabras que hablaban de “honestidad, transparencia y responsabilidad política” cuando sabían perfectamente lo que se cocía internamente en su propia organización.

En tercer lugar, porque ahora, en vez de pedir perdón, dar explicaciones y asumir responsabilidades políticas, todavía están esperando que los imputados (entre ellos, todos los tesoreros del PP), salgan “limpios” por el simple hecho de que las actuaciones ilícitas hayan prescrito judicialmente. Una vez más, el PP pretende salvarse bordeando la legalidad, pero con las manos sucias.

No pretendo culpabilizar a toda la organización del PP, ni mucho menos a sus militantes (que suelen ser siempre los más ingenuos e incrédulos sobre lo que ocurre). Pero sí hay una realidad: el Gobierno actual y la dirección del PP (Rajoy el primero) están invalidados para seguir al frente de la gestión de gobierno y de la gestión de su partido. Porque ellos no son otra generación que nada tiene que ver con los 20 años transcurridos, no son unos recién llegados que se han encontrado este “marrón” encima de la mesa: ellos son “la generación”. Rajoy, Arenas, Montoro, Rato, Gallardón, etc y etc, son la “generación Aznar”, aquellos chicos que accedieron al poder poniendo en marcha un entramado de financiación ilegal, de sobresueldos en negro obtenido de dinero público, de comisiones, de pago de favores, de clientelismo, de comprar fidelidades a base de talonario, … Son los mismos, los que iniciaron los hechos delictivos, que prescriban o no, se hicieron por las mismas personas que hoy nos gobiernan, y que han estado mintiendo conscientemente a todo el país durante 20 largos años.

Si se confirma todo lo que está apareciendo en los medios, la dirección del PP tiene un problema gravísimo, y por eso, guarda silencio, lleva seis semanas sin ruedas de prensa de su Secretaria General, el Presidente del partido y del Gobierno escurre el bulto, y buscan, como siempre, “matar al mensajero” a través de querellas y denuncias, al tiempo que pretenden salir de este lío esperando que los ciudadanos tengan problemas más graves que atender que la corrupción en la fontanería de la Democracia.

¿Qué comportamiento pretenden exigir a los ciudadanos? ¿Qué austeridad pretenden exigir? ¿Qué medidas correctoras quieren implantar al país cuando ellos mismos fueron y son parte esencial del problema de corrupción, despilfarro, dinero saqueado, y mentiras sobre la que se ha sustentado la Democracia?

Esta dirección del PP que se oculta, no da explicaciones, no admite responsabilidades políticas, no cesa ni dimite, es la que “criminaliza” actuaciones ciudadanas (sean o no poco afortunadas), la que actúa con mano fuerte contra los débiles y son sumisos ante los poderosos, los que aplican recortes drásticos que están hundiendo al país y empobreciendo cada vez más a muchos ciudadanos, y ¿con qué derecho?, ¿con qué legitimidad?

¡No con la legitimidad democrática! Porque cuando uno gana el poder a través de los votos, debe hacerlo sin trampas, sin mentiras, sin engaños, sin ilegalidades, sin corrupción. Y, si esto se ha hecho así, no tienen ninguna legitimidad democrática que ampare a este Gobierno.

Y ante tal desfachatez, ¿quién ampara a los ciudadanos?