Entre los principales incrementos en relación con los valores de hace un año se encuentran el del maíz (74%), el trigo (69%), la soja (36%) y el azúcar (21%), mientras que los precios del arroz se han mantenido estables.
Los precios están muy cercanos a los niveles históricos registrados en el verano de 2008, cuando se produjo un llamativo ascenso de las materias primas, como los cereales, debido a la escasez que provocó la sequía en Oceanía, el aumento del consumo en China e India y el crecimiento de la demanda para la elaboración de biocombustibles.
En la actualidad, los precios han aumentado también abruptamente debido a los graves fenómenos meteorológicos ocurridos en países que son grandes exportadores de cereales, las restricciones a la exportación, el uso creciente de cultivos para la producción de biocombustibles y la escasez de reservas en el ámbito mundial.
El alza del precio de los alimentos también se vincula con el aumento de los precios de los combustibles (el petróleo crudo subió un 21% en el primer trimestre de 2011 a causa de la agitación política que sufren los países árabes.
El Banco Mundial estima que un incremento adicional del 10% en los precios internacionales podría hacer que otros 10 millones de personas cayeran por debajo de la línea de pobreza extrema. Un alza del 30% en esos precios podría generar 34 millones de pobres más. Esas cifras se sumarían a los 44 millones de personas que están sumidas en la pobreza desde junio pasado como consecuencia de las alzas de precios.
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