De estos planes para atraer capital foráneo también podrán beneficiarse los extranjeros dispuestos a invertir 5 millones de libras (5,7 millones de euros), aunque, en ese caso, deberán esperar tres años para poder ser considerados aptos para obtener ese permiso.

Según el FINANCIAL TIMES, las revueltas en el mundo árabe han hecho aumentar el número de solicitudes de visado de personas ricas de esos países que quieren establecerse en el Reino Unido. Varios abogados y gestores de patrimonio informaron a dicho rotativo de que hay un interés “sin precedentes” por parte de ciudadanos de países como Arabia Saudí, Egipto y Bahrein, que buscan un nuevo refugio para sus fortunas.

El anuncio de esta medida se ha visto acompañado del escándalo al coincidir en el tiempo con la voluntad de Cameron de reducir la emisión de visados para los estudiantes extranjeros que deseen cursar su carrera universitaria en el país. Las Universidades británicas han puesto el grito en el cielo, no sólo por una estricta cuestión de intercambio cultural, que también, sino por las pérdidas millonarias que ello les supondría.

Los tempos para millonarios contrastan con los cinco años que deben esperar los inmigrantes corrientes y molientes para conseguir vivir en Reino Unido con garantías. El Ejecutivo de David Cameron ha decidido, mediante la anulación de las trabas migratorias, hacerle la competencia a Canadá, que actualmente acoge a 3.000 de extranjeros acaudalados.

Con la que está cayendo, la noticia está pasando de puntillas por los medios de comunicación, pero se trata de un gesto bochornoso que nos retrotrae a un pasado de ciudadanos de primera y de segunda. Que no cunda el ejemplo…