Sigue oliendo a podrido y cada día que pasa las preguntas en torno al propio Rajoy son más sangrantes: ¿por qué no puede apartar a su tesorero hasta que todo se aclare? ¿le parece razonable una fianza de casi dos millones de euros? ¿cuántas acusaciones y denuncias de posibles delitos tienen que existir para que Rajoy actúe?
¿Qué sabe el tesorero de Rajoy que nosotros no sabemos? ¿También es Bárcenas un “ciudadano ejemplar” como dijo de Don Carlos Fabra?
La dirección del PP ha querido blanquear con el resultado electoral los posibles delitos, pero los basureros tienen un problema: huelen mal. Para intentar perfumar el ambiente, el PP quiere celebrar el próximo sábado el aniversario del congreso de Valencia. Es un homenaje. ¿A quién? ¿A todos los imputados? ¿A Trillo, a Fabra, a Costa? Seguramente será un homenaje a Francisco Camps por ser “un chico excelente”. Da igual si está imputado por cohecho, da igual si tiene “amiguitos del alma” peligrosos y corruptos, da igual si ha mentido a la ciudadanía valenciana, da igual si utiliza el Parlamento como su propio cortijo. Lo importante para el PP no es ser “culpable” sino que no te pillen. Eso es una muestra de “habilidad e inteligencia”. Y si no, que se lo pregunten a Don Carlos Fabra, victorioso de las pasadas elecciones europeas que inmediatamente salió ante la prensa para reírse más y más de todos los que no le votan y los que le votan, incluidos los que fueron al mitin engañados con la promesa de un puesto de trabajo. Él también estará en el homenaje porque para eso es un “ciudadano ejemplar” como dice Rajoy y una “envidia para toda España” como dice Ricardo Costa.
Quizás el homenaje es para Rajoy. Se lo merece. Nadie daba un duro por él en el anterior congreso de hace un año. Era un cadáver político. Hoy ha demostrado que es un superviviente de las guerras internas de su propio partido poniendo cara de “yo no sé nada”. ¿Cinismo e hipocresía? No, por favor, es la “lógica coherencia” del PP.
También le harán el homenaje a Rajoy aquellos cargos públicos del PP que han sido espiados por su propio partido, que lo denunciaron y que fueron inmediatamente expulsados. ¡Faltaría más! No lo hemos entendido todavía: sólo se critica a los socialistas, sólo se le piden responsabilidades políticas a los socialistas, sólo deben dimitir los socialistas, sólo son culpables los socialistas. Aunque sea mentira. Da lo mismo. Pero el honor del PP es como el honor que hemos visto en las películas de Al Capone: “éste es uno de los nuestros. Sólo nosotros tenemos derecho a ejecutarlo”.
La victoria electoral del PP en la Comunidad Valenciana o en la Comunidad de Madrid no sirve para tapar el mal olor que sale del entorno de Rajoy. Y mucho menos si el perfume lo ha comprado el tesorero del PP.