Pero todos sabemos también que es un problema complejísimo pues en él confluyen otros intereses, sentimientos, u objetivos que el simple de la financiación.
La valentía de Zapatero ha de ser respondida con coherencia y rigor por parte del resto de Presidentes Autonómicos. Pero esto no es tan fácil. Se mezclan las buenas intenciones con los intereses electorales, el nacionalismo y la defensa autonómica con la desestructuración del Estado. Más que nunca, se hace válida la pregunta: “¿usted que se considera más: español o…?
Hay varias incongruencias que se ponen encima de la mesa:
1) ¿tTiene el PSOE un único concepto del Estado de las Autonomías? ¿Hasta dónde han de llegar sus límites? ¿Caminamos hacia un Estado Federal? Los órganos internos del partido son federales, y lo recordó Zapatero en su intervención al ser elegido Secretario General del Partido. Efectivamente, ¿pero todos entienden lo mismo por la composición de un Estado Federal?
2) ¿Tiene el PP una propuesta alternativa? No podemos olvidar que el actual sistema de financiación se aprobó con el gobierno de Aznar. Y éste es el sistema que ha penalizado durante años a algunas Comunidades Autónomas como la Valenciana, gobernada por el PP cuando se aprobó el sistema de financiación y que hoy protesta ante el Gobierno Central. ¿Qué plantea hoy el PP? Dentro de sus propias filas hay división de opiniones: no es lo mismo lo que dice Camps que lo que dice Feijóo. Pero ¿qué dice Rajoy? Bueno sería que aquel candidato que quiere presidir el gobierno nos diga antes cuál es su propuesta de Estado.
3) ¿Sigue teniendo sentido actualmente las nacionalidades históricas y que tengan financiaciones diferentes como el cupo vasco o el navarro? ¿El sistema actual de financiación ha de ser para todas las Comunidades Autonómicas por igual o todavía deben quedar herencias de otras épocas?
4) ¿Se necesita la revisión de la Constitución en este nuevo paso? ¿Qué hacemos con el Senado? ¿Hablamos sólo de dinero o hablamos también de cómo ha de ser la representación territorial de las autonomías en el Senado y cómo debe ser su elección democrática por parte de los ciudadanos?
El peligro del sistema de financiación es que cada Presidente Autonómico intenta “cazar votos” hablando de “¿qué hay de lo mío?”. No todos los Presidentes se comportan igual, pero algunos generan enfrentamientos, crispación, rivalidades entre otras comunidades, juegan al victimismo, y defienden (sin saber qué ni cuánto) cuanto más para los nuestros mejor con el fin de sacar rédito electoral. Si esto genera insolidaridad, egoísmo o nacionalismo excluyente da igual, porque lo que importa es que el Presidente Autonómico llorón, reivindicativo, capaz de enfrentarse al Gobierno Central, pedir para “los nuestros” a costa de lo que sea, da votos.
El problema del debate de financiación autonómica es que en la cola está quedándose la razón, el rigor, la coherencia, la solidaridad, el equilibrio territorial. Hay un principio que todos compartimos: “todos los españoles han de ser iguales, recibir los mismos servicios, ser tratados por igual y que no existan diferencias sociales o legales entre ellos, fomentando la igualdad de oportunidades”. Pero este principio no está garantizado de forma gratuita: hay que creerlo, defenderlo y trabajarlo. Y hoy, cuando hacemos demagogia del sistema de financiación, ponemos en peligro el principio de igualdad de todos y cada uno de los españoles viva donde viva.