Pero quienes pensaran, que con lo anteriormente expuesto, acababan los desmanes del Gobierno Rajoy, habrán salido de su error al conocer el proyecto de Presupuestos Generales del Estado (PGE); un proyecto presupuestario que reduce de manera clara el gasto social, estrangula la inversión pública, reduce el gasto en Educación el 21% y las becas en el 11%, hace desaparecer casi totalmente la I+D y fulmina la Cooperación y Desarrollo.

Unos Presupuestos Generales del Estado que introducen una amnistía fiscal que favorece de manera descarada e intolerable a aquellos que defraudan, sacan su dinero a los paraísos fiscales y vulneran el artículo 31 de nuestra Constitución; una amnistía fiscal que provoca indignación y rabia en una inmensa mayoría de españoles que cumplen ejemplarmente con sus deberes con la Hacienda Pública, una amnistía fiscal que el Presidente del Gobierno Señor Rajoy considera justa y necesaria. ¡Que vergüenza!

Conocida esta medida de amnistía fiscal (se calcula en 80.000 millones de euros el dinero sacado de España) puede entenderse por qué el Gobierno destituyó a todos los responsables de la Unidad de Lucha contra el Fraude del Ministerio de Hacienda; si se quiere favorecer a los grandes defraudadores, qué sentido tiene mantener en sus puestos a un conjunto de funcionarios altamente cualificados que habían demostrado un nítido compromiso en la lucha contra el fraude y el blanqueo de capitales. En este sentido hay que valorar el indiscutible valor ético y pedagógico que tienen los posicionamientos de las Diputaciones del País Vasco y del Gobierno de Navarra, manifestando su disposición a no aplicar la amnistía fiscal.

Unos Presupuestos Generales del Estado injustos e ineficaces para crear empleo, que llevarán a un mayor colapso de nuestra economía y que además no han servido para generar confianza en los mercados con la Bolsa en caída y nuestra prima de riesgo disparada.

Concluyendo:

Los españoles conocemos hoy mucho mejor las intenciones que el señor Rajoy y su Gobierno tuvieron siempre respecto a como afrontar la crisis: favorecer a empresarios y banqueros, ser tolerantes con los defraudadores y castigar a las clases medias y clase trabajadora favoreciendo así un modelo social con intolerables desigualdades que ponen en riesgo la cohesión social. No hay duda, estamos ante la derecha española reaccionaria y rancia de siempre.