En primer lugar, me parece que lo más relevante de la Encuesta de Temas es la considerable potencialidad del voto socialista y de izquierdas. Los datos indican que la opinión pública española se encuentra en una etapa en la que, por diversos motivos, se reclama un papel más activo del Estado y un mayor énfasis en las políticas sociales. Todo ello guiado por la prevalencia atribuida a los componentes de seguridad en la vida social (seguridad laboral, política, en posibilidades de acceso a la vivienda, en garantías de protección contra la violencia y la delincuencia, etc.).
Si el PSOE aprovecha bien estas potencialidades, y los elementos de inercia que le favorecen, lo más probable es que en las próximas elecciones su ventaja en votos sobre el PP sea significativamente más alta que el margen de 2,8 puntos que se desprende de la hipótesis más favorable de los datos sociológicos actuales. Pero, para optimizar las posibilidades existentes en esta dirección, es preciso que los actuales líderes del PSOE entiendan que tienen que reforzar los componentes sociales y de generación de seguridades en sus propuestas programáticas y en su presentación política en general.
A su vez, el principal factor crítico para el PP es su imagen pública demasiado derechizada y endurecida, que puede desmotivar a importantes sectores moderados de centro. Lo cual, también puede beneficiar indirectamente al PSOE.
Por ello, la motivación para votar va a ser muy importante en las próximas elecciones. Y, lógicamente, en esta motivación, y en la movilización de los electores indecisos, va a influir bastante la propia imagen que los ciudadanos tengan sobre lo que “puede” suceder en los próximos comicios.
Si la impresión pública es que el PSOE va a ganar con suficiente ventaja, es probable que algunos electores menos motivados de la izquierda se sientan menos inclinados a votar, al tiempo que otros más críticos pueden orientarse hacia el voto blanco o nulo, u hacia otras opciones. En paralelo, ante el escenario de una victoria neta del PSOE, algunas personas de centro pueden estar más motivadas para votar por el PP –sin riesgos de que este partido gobierne– y para propiciar un mayor equilibrio de fuerzas.
En cambio, ante el panorama de unos comicios bastante ajustados, las motivaciones de los diferentes tipos de electores tenderán a ser más concordantes con sus propias preferencias y orientaciones de fondo. Lo cual, hoy por hoy, y tal como se manifiestan las inclinaciones de fondo de los españoles, parece que puede favorecer al PSOE en mayor grado.
Por lo tanto, en las próximas elecciones no hay que minusvalorar la importancia que va a tener la voluntad de adoptar una “decisión inteligente” por parte de un número apreciable de electores. Voluntad que ya se ha hecho notar en etapas recientes de nuestra vida política. De ahí, la necesidad de ser rigurosos en los análisis y proporcionar a la opinión pública informaciones veraces, que permitan a cada cual tomar libremente la mejor decisión electoral posible.