CAMPAÑA ÚTIL
La campaña correspondiente a las próximas elecciones generales será una campaña inevitablemente larga. Procuremos al menos que sea útil.
¿Cómo? Prescindiendo de los intercambios de simples descalificaciones, tan clásicos como estériles. Renunciando a la controversia sobre aquello en lo que hemos de estar de acuerdo todos los demócratas, desde las reglas del juego en las instituciones hasta la lucha antiterrorista. Evitando debates absurdos mediante la aplicación del “españolímetro” a cada candidato.
También sería muy de agradecer que el rutilante neón del marketing no oscureciera definitivamente el contenido de las políticas.
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