Las fuertes caídas de las Bolsas pueden estar abriendo las puertas a una seria crisis económica. George Soros ha señalado, en este sentido, que estamos ante la principal crisis después de la Segunda Guerra Mundial.

Algunos analistas intentan atribuir la responsabilidad de estas caídas a factores subjetivos, especialmente a la falta de confianza y a los temores de los inversores. Pero, haríamos mal si no reconociéramos que en el fondo de esta crisis, y en las que puedan venir, se encuentran errores –y desatinos– notables en los enfoques económicos y en el propio funcionamiento de las Bolsas. Para empezar, todo el mundo sabe que los activos reales de muchas de las empresas no valen ni de lejos lo que indican sus cotizaciones en Bolsa, por no referirnos a los fuertes componentes subjetivos y especulativos que influyen en la evolución de las cotizaciones. De ahí el éxito popular de la expresión “capitalismo de casino”, con la que se subraya el carácter aleatorio de muchos de los movimientos bursátiles.

Por si todo esto fuera poco, el disparate de eso que tan finamente se ha llamado “hipotecas sub-prime”, y que en realidad no son sino hipotecas hiper-especulativas prácticamente imposibles de pagar, y la irresponsabilidad de gobernantes como George Bush han acabado conduciendo a un panorama financiero bastante inestable. ¿Cuándo entenderán los políticos irresponsables y los economistas “finos” que es necesario volver a enfoques económicos serios, que garanticen la creación de riqueza real y la generación de empleos de calidad?