UN AUTOREGALO DE DESPEDIDA PARA BUSH
George Bush se ha hecho regalar la promesa del tesoro más preciado para un Presidente de Estados Unidos desde el final de la Segunda Guerra Mundial: pasar a la historia como el forjador de la paz definitiva en Oriente Medio.
Con un triunfalismo esperable de un gobierno necesitado de buenas noticias, la Casa Blanca ha vendido los resultados de Anápolis como el paso decisivo en pos de ese objetivo.
Bush quiso vencer el comprensible recelo ofreciendo tres razones para que esta vez vaya en serio: los protagonistas están decididos, los demás lo queremos, los extremismos amenazan.
Lee mas