Una película ambientada en el Mississippi de los años 60, con una temática que ya ha sido tratada en numerosas ocasiones: el racismo que hasta hace escasas décadas sufría la población negra en los Estados Unidos de América, especialmente en sus territorios sureños. Lo novedoso es que, para narrarnos esta historia, no se cae en el habitual y lógico dramatismo al que se acostumbra en este tipo de producciones, sino que se emplea un discurso en el que principalmente prima la nobleza de los seres humanos sobre sus comportamientos más mezquinos y crueles.
Una cinta protagonizada por Emma Stone, que interpreta a Skeeter, una chica de la buena sociedad sureña que regresa de la universidad dispuesta a convertirse en escritora. Con el objetivo de hacer realidad este sueño decide entrevistar a las mujeres negras que se han pasado la vida trabajando al servicio de las familias blancas. Esto sembrará una verdadera revolución en su círculo de amistades y en el conjunto de la población de esta pequeña localidad. Viola Davis interpreta a Aibileen, la criada y mejor amiga de Skeeter, que es la primera en sincerarse para escándalo de sus amigas de la cerrada comunidad negra. A pesar de que Skeeter corre el peligro de perder sus antiguas amistades, ella y Aibileen siguen trabajando en el proyecto y logran que más mujeres se atrevan a contar sus historias. Según avanza la película se van desarrollando amistades insólitas y se estrechan los lazos entre sus componentes, llegando a crear una nueva hermandad femenina.
Es un relato sencillo, muy emotivo, que de forma jovial, nos demuestra cómo un tema escabroso también puede ser representado en la gran pantalla desde el optimismo y la confianza, y que, con la colaboración de todos, las cosas pueden cambiar.
“Criadas y señoras” es una película fundamentalmente sustentada en la buena interpretación de las actrices que la protagonizan y en una espléndida ambientación de la época. Tate Taylor, su director, adapta el best seller homónimo de Kathryn Stocket con muy ligeras modificaciones, y a pesar de sus concesiones melodramáticas y algo sensibleras, ha conseguido un buen resultado. Al que le auguro, como a la novela, un gran éxito de crítica y público.