Al parecer, los militares israelíes impidieron el paso de cuatro ambulancias que atendían la llamada de los vecinos de este barrio tras los bombardeos y no se permitió acudir en su socorro hasta cuatro días después. Estos hechos, según ha denunciado el Comité Internacional de la Cruz Roja, son muy graves, pues se incumplen los acuerdos de la Convención de Ginebra que reglamentan la guerra y exigen que se pueda atender y evacuar a los heridos.

Cruz Roja Internacional se cuida mucho de hacer ninguna crítica directa a ninguna de las partes que se encuentran en un conflicto, guardando siempre una exquisita neutralidad. Ello da medida de la situación a la que se enfrentan el casi millón y medio de ciudadanos de Gaza. Si a todos los sufrimientos que trae una guerra como esta -en la que se cuentan ya más de 700 muertos y más de 3.000 heridos, en la que faltan alimentos básicos, agua potable y electricidad o gasóleo…- hay que sumar además la imposibilidad de atención a las víctimas, llegándose incluso a violar acuerdos internacionales como la Convención de Ginebra, significa que es dudoso que Israel tenga intenciones de terminar su ofensiva. Se tiene la sensación que se persigue la destrucción de Gaza como entidad civil, ya que las bombas están demoliendo sus estructuras civiles, políticas y administrativas y además se ha llegado incluso a bombardear instalaciones de Naciones Unidas, que sirven de refugio a miles de personas.

La ONU ha pedido el cese del fuego en Gaza. Catorce de los quince miembros del Consejo de Seguridad votaron a favor de una resolución de alto el fuego -Estados Unidos se abstuvo-. ¿Atenderá Israel esta petición? Desde todos los lugares del mundo se está asistiendo a una masacre que carece de ningún sentido histórico o humano, es como si la memoria de tantos se hubiera borrado y la ferocidad volviera hoy de la mano de Israel.