También nos hemos enterado de que el Ministerio de Fomento va a cobrar a Easy Jet los varios millones de euros que ha costado, a eso que se llama el erario público, trasladar a sus destinos a los clientes que la citada ex-compañía aérea había dejado tirados en el Aeropuerto de Barajas. Pero, ¿de verdad esperan cobrarlo?

O que un editorial simultáneo de varios periódicos catalanes llamando a la defensa de la nació se debe a la espontaneidad, a pesar de que los redacta el hermano de un destacado político de la Generalitat.

O que varios militantes del PSOE de Benidorm han roto sus vínculos con el partido, mientras le siguen aportando donaciones económicas, que, por cierto, son aceptadas por el Partido.

Incluso, en el terreno de la botánica, nos anuncian los brotes verdes de la primavera después de que nos habían dicho que no iba a haber otoño ni, mucho menos, invierno. Cuando todo el mundo sabe, empezando por Mr. Chance Gardiner, como funciona el natural devenir de las estaciones naturales a lo largo del año.

Pues bien, basta que lo haya dicho quien lo ha dicho para que lo consideremos todo creíble: lo del Código Ético, lo del cobro a Easy Jet, lo del editorial, lo de los ex-militantes ejemplares y hasta lo de los brotes verdes.

Pero lo que me parece increíble es que un juez español vaya a sentenciar una cosa en ¡cuatro días!

¡Cuatro días!, como máximo, es lo que dicen que va a tardar un juez en oír a las partes y sentenciar en los presuntos casos de atentado a la propiedad intelectual en sede informática.

Pero, ¿cuántos artículos del Procedimiento Judicial piensan incumplir?, ¿cuántos funcionarios van a dejar de intervenir en el proceso?, ¿de cuánta cantidad de garantías piensan prescindir?, ¿cómo van a confeccionar un legajo en ¡cuatro días!?, ¿cómo comprenden que ¡cuatro días! de cuerda floja son absolutamente insuficientes?, ¿cuándo ha tardado un juzgado ¡cuatro días! en hacer algo?, ¿no comprenden que es im-po-si-ble?

Sólo veo dos posibilidades de implementar esta medida: o bien interpretan la norma con los mismos criterios que se suele aplicar en otras medidas agilizadoras como “el silencio positivo” y la “ventanilla única”, es decir, de aquella manera, o bien será necesaria alguna reforma de la Constitución, e incluso de la ley de la gravedad, para que ese desiredata de los cuatro días pueda parecer creíble.

Bien, pues yo, personalmente, no me lo creeré ni aunque lo vea escrito en la Constitución.

*FE DE ERRORES

En el comentario previo, el que suscribe cometió un error diciendo que el Ministerio de Fomento iba a cobrar “a Easy Jet los varios millones de euros que ha costado, a eso que se llama el erario público, trasladar a sus destinos a los clientes que la citada ex-compañía aérea había dejado tirados en el Aeropuerto de Barajas”.

Esa frase contiene un error ya que no es a Easy Jet, sino a Air Comet, a quien pretende cobrar el Ministerio de Fomento, ya que ha sido esta la compañía aerea que ha suspendido su actividad en los últimos días del pasado año. Aunque es intrascendente a quien envíe la factura el Ministerio de Fomento, lamento mi error y ofrezco mis excusas a ambas compañías.

Ya puestos, podría afinar un poco mis precisiones de ayer.

Por ejemplo, leído exactamente el Código Ético del Partido Popular, no debería yo seguir insistiendo en que prohíbe corromperse a “sus cargos públicos y militantes en general”, sino, solo, si utilizan su propio nombre, posición o relación dentro del Partido o en un cargo público, para obtener lucro, trato o favor personal o beneficio para si o para terceros, tal como dice el punto 10 de dicho Código Ético que sería causa de expulsión. Habría que interpretar que, en otro caso, si lo hacen por libre, no les expulsarían. Así pues, me corrijo.

Tampoco sería muy exacto llamar ex-militantes de un partido a unos señores que, como los concejales de Benidorm, no solo han desplazado del gobierno municipal al PP sino que siguen contribuyendo económicamente al sostenimiento del PSOE. Aprovecho, pues, para cambiar la palabra ex-militantes por ex-afiliados.

Puestos a precisar, tampoco espontaneidad debía ser la característica que trataban de exhibir los 12 periódicos de Cataluña que publicaron el famoso editorial conjunto, sino, precisamente eso: la simultaneidad. Aunque la adhesión al texto, la renuncia al matiz propio y la disciplina al publicarlo el mismo día sean las mismas, no hay que pensar que nadie, de los 12 periódicos, quisiera dar la impresión de “espontáneo”. Nuevo error.

Tampoco Mr. Gardiner, personaje que hizo famoso Peter Sellers en su última película, se llamaba Chance de nombre, sino Chauncey. Aunque el azar y la suerte (“chance”), acompañan al personaje en su peripecia fuera del jardín, conviene, puestos a precisar, darle su verdadero nombre. Máxime cuando sigue siendo pozo de sabiduría.

En fin, que no me debía encontrar yo en mi mejor momento. Reitero mis excusas a los afectados y, sobre todo, y en su caso, a los lectores.