El debate sobre los déficits de infraestructuras en Cataluña, que ha surgido a partir de los problemas producidos este verano, debe ser situado en un contexto general más preciso. Lo ocurrido en Cataluña, sin duda, revela déficits de infraestructuras, pero también problemas de gestión y de enfoques. ¡No se puede imputar, una vez más, toda la culpa de lo que ocurre a Madrid!
La realidad es que no sólo en Cataluña existen déficits de infraestructuras. También existen en otras Comunidades Autónomas, y en algunas de manera muy palmaria, asociada a trayectorias históricas de largo alcance. Por eso, antes de lanzarse por la vía de los agravios comparativos, es necesario repasar los informes y los datos objetivos que se recogen, por ejemplo, en el último dossier de la revista Temas de agosto-septiembre sobre “La cohesión social de España”. ¡Seamos serios y rigurosos, por favor!