La publicación del OECD Factbook 2007, con las estadísticas sociales y económicas de los países de la OCDE permite constatar algunos de los problemas reales de nuestro sistema educativo, que no son precisamente los que afloran con determinados debates recientes.

De los 29 países de la OCDE, España se sitúa en el puesto número 26 en lo que se refiere a gasto educativo, con un 4’7% del PIB, sólo por delante de Turquía (3’7%), Irlanda (4’4%) y Grecia (4’2%).

Si tenemos en cuenta que la media de gasto educativo en los países de la OCDE es del 6’3% del PIB, entendemos la distancia que aún nos separa de los países más avanzados, con el agravante de que en España estamos retrocediendo en este terreno, ya que en 1995 gastábamos el 5’3% del PIB, mientras que otros países atrasados como Turquía y Grecia han avanzado significativamente desde entonces (1’4 puntos Turquía y 1’2 puntos Grecia).

Los malos resultados que España obtiene en la escala científica de los Informes PISA, donde se ha retrocedido desde una puntuación de 3.0 en 2000 a 2.6 en 2003, revelan que no estamos ante cuestiones triviales o circunstanciales y que es preciso entender que si queremos mejorar en Educación debemos gastar más, y mejor. Por lo tanto tenemos que orientar los debates educativos hacia aquellas cuestiones sustanciales que mas van a afectar nuestras posibilidades de futuro.