Este desconocimiento generalizado de quién es el presidente de la Internacional Socialista, no es exclusivo de unos ciudadanos que se preocupan poco por las cuestiones políticas. Si la pregunta la realizáramos en los parlamentos de los países de la Unión Europea, en general, y más en detalle a los miembros de los grupos socialistas, la mayoría tampoco sabría contestar correctamente. Como tampoco los más destacados profesionales o académicos del lugar.
¿Por falta de interés? No, por falta de acción de una organización que como decía en el artículo anterior se ha encerrado en sí misma y no tiene el protagonismo que debería tener en el ámbito internacional, en un momento donde hay que construir una sociedad democrática global o caer definitivamente, y eso es mucho tiempo, en las garras de la injusticia, el sufrimiento y la codicia que trae la globalización sin reglas.
La cuestión es urgente y es necesario reaccionar. Si nos metemos en un buscador de Internet cualquiera y tecleamos Internacional Socialista el resultado que obtendremos será “aproximadamente 7.220.000 resultados”, cuando una publicación como SistemaDigital.es cuenta con cerca de 2.000.000. Para que cada uno saque sus propias conclusiones, en una sociedad que muchos denominan de la información, basta con teclear: FMI ( Fondo Monetario Internacional) para que salgan “aproximadamente 16.600.000 resultados”; G-8 para “aproximadamente 370.000.000 resultados”; G-20 para que aparezcan “aproximadamente 279.000.000 resultados”; ING “aproximadamente 234.000.000 resultados”, o Real Madrid “aproximadamente 97.000.000 resultados” y Nadal “aproximadamente 51.100.000 resultados”. Está claro: vamos perdiendo y queremos ganar.
La sociedad actual está generando nuevos retos (el cambio climático, los movimientos migratorios, la economía internacional derivada de la globalización, la violación de derechos fundamentales, los avances democráticos, el expolio de los recursos naturales…) que requieren de una perspectiva global, porque han de ser abordados desde la adopción de medidas que trascienden las fronteras de los Estados. Esta situación, exige de partidos políticos, especialmente en la izquierda, que recuperen, de verdad, su tradición internacionalista para coordinar iniciativas y políticas concretas en la sociedad global que vayan encaminadas a la extensión de derechos. ¿Quién debe coordinarlos? La Internacional Socialista si cambia y reacciona como todos esperamos.
¿Queremos, como dice la carta ética, desarrollar políticas progresistas que favorezcan el bienestar de los individuos, el comercio equitativo, la justicia social, la protección del medio ambiente, en el espíritu del desarrollo sostenible? Sí
¿Queremos combatir la corrupción en todas sus formas? Sí
¿Queremos que los ciudadanos libremente puedan elegir entre diferentes opciones políticas en el marco de elecciones libres, frecuentes y transparentes? Sí
¿Queremos garantizar en toda circunstancia, el respeto a la dignidad humana y actuar en conformidad con la Declaración Universal de Derechos Humanos y proscribir la pena de muerte? Sí
¿Queremos promover la igualdad de género en todos las esferas de la vida privada y pública y luchar contra toda forma de discriminación? Sí
¿Queremos favorecer mediante la acción la paz, la tolerancia, el diálogo, la comprensión y la cooperación entre los pueblos? Sí
Pues es hora de abandonar la resignación que nos empequeñece como seres humanos en nuestros sofás y actuar colectivamente en lugar de contemplar. Y como el título de un bello poema del último libro de Luis García Montero, lo que ocurre en las nubes, ocurre también en nuestra casa.
Por cierto, la Internacional Socialista tiene su sede en Londres y su presidente es Georgios Papandreou (hijo). ¿O tal vez no?