Y es que llueve sobre mojado. Hace escasamente una semana que León de la Riva, alcalde de Valladolid, se deshacía en epítetos sonrojantes sobre Leire Pajín, recién nombrada Ministra de Sanidad, y sus compañeros del Partido Popular lejos de censurarle, le han amparado y apoyado. Y me pregunto, ¿es posible que con estas conductas subyacentes en la derecha española nos siga sorprendiendo que aumente la violencia machista? ¿Qué ejemplo trasladan a la sociedad estos “prohombres”, muy machotes ellos, que se atreven a hablar así de las mujeres y de las niñas, como si se tratara de simples objetos sexuales de usar y tirar?

Estos dos ejemplos nefastos, que son fruto de una cultura educativa machista y patriarcal que se resiste a considerar a las mujeres como iguales, y que se permiten el lujo de escribir y de hablar así desde sus respectivas atalayas, uno de “literato” y el otro de “alcalde” -sobran explicaciones sobre los entrecomillados-, hacen evidente la necesidad de que se profundice permanentemente en políticas de igualdad de género.

España se encuentra a la cola de Europa en conciliación y paridad, según los datos del último estudio de la Comisión Europea. Comienza a notarse que las políticas de igualdad empiezan a considerarse un lujo en tiempos de crisis, como demuestra el hecho de que el esfuerzo pedagógico que supuso crear el Ministerio de Igualdad se haya deshecho como un azucarillo y se haya degradado -como cosa menor- a una Secretaría de Estado.

En un país como España, con un pasado reciente dictatorial y fascista de difícil digestión, en el que durante tanto tiempo las mujeres fuimos consideradas menores de edad que era necesario tutelar, donde siguen teniendo voz pública “acreditada” personajes deudores y admiradores de ese régimen que hacen gala de un machismo verbal vergonzante, considero muy necesario profundizar en políticas transversales de igualdad de género, porque hay que dar la batalla educativa permanente para erradicar de nuestra sociedad este tipo de conductas. El futuro en armonía de nuestras hijas y de nuestros hijos depende de ello.