La campaña ha generado polémica en los medios de comunicación de la derecha más rancia, que no han dudado en acusarla de fomentar la masturbación (ese “pecado” por el que a uno le salen pelos en las manos, que diría aquél -hace cincuenta años-). Parece mentira que a estas alturas se produzcan reacciones de este tipo, que no hacen sino poner de manifiesto la necesidad de seguir trabajando en esta línea, y no sólo entre los adolescentes, ya que los titulares los escribe gente mayorcita.
La afectividad y la sexualidad son inherentes a la persona, y los jóvenes tienen el derecho a la información, ya que, como demuestran críticas de esta calaña, el sexo sigue siendo tristemente un asunto tabú para algunos sectores de la sociedad.