No han sabido, o no han podido, presos de una interpretación maximalista de la democracia de base y de ciegas ambiciones personales. Antes de Reims hubo Rennes, pero también otros congresos salvados al último momento por la dichosa “síntesis” de cuyo texto nadie se acuerda pero que permitía designar un Primer Secretario. Se empezó por Epinay donde triunfó, gracias a la adicción de las corrientes inauguradas, y para dicha del Partido Socialista, François Mitterand, ciertamente menos socialista que un Alain Savary entonces derrotado. Recordemos que Holland fue once años primer secretario, ¡a condición de que no se le ocurriese presentarse de candidato a la Presidencia de la República!

Por lo tanto nada nuevo, pero si una ocasión injustificablemente desperdiciada en un momento histórico. Habrá un Primer secretario designado por los militantes y será unánimemente aunque a regañadientes aceptado por todos. Pero no hay que olvidar que la Dirección del Partido la asume un organismo designado a la proporcional de las mociones. Y ahí está el problema con la división programada al más alto nivel.

El Partido Socialista tiene que resolver de una vez para todas varias contradicciones que le llevan, de manera ineludible, a los dramas internos:

1. Está organizado en base a corrientes que elevan hasta la cúspide, y de manera proporcional, todas las disensiones internas, desde la más pequeña agrupación hasta la más potente Federación. Los votos de los militantes ya están contabilizados, para todos sus efectos, antes de que empiece el Congreso. Los delegados son meros figurantes. El Partido es una organización que mantiene la proporcionalidad estricta como base de su organización y su máximo dirigente es sólo un Primum inter pares. El PS vive como si funcionase en la Cuarta República, cuando impera la Quinta República, Presidencial y estrictamente mayoritaria.

2. Al tener que definirse “teóricamente” cada candidato al liderato aumenta la confusión: El social-liberal Delanoe se opone a Royal que propone la alianza con el Centro; la “clásica” Aubry se opone a Royal pero practica en su ciudad la alianza con el Centro… Hamon se mantiene en una línea de izquierda pura y dura sabiendo que escasa posibilidad tiene de triunfar, y que puede ser así una buena baza para Royal al dividir los votos que se oponen a esta.

3 El Partido Socialista proclama la supremacía de las Ideas pero no consigue hacer votar por mayoría una sola en su Congreso. Han perdido el tren de la social-democracia. ¿Cuál es el mensaje de los socialistas franceses a su pueblo en este trágico momento? Delanoe y Aubry juntos tenían mayoría pero, no consiguen unirse por discrepar sobre el fondo…. hasta después de cerrado el Congreso, ¡cuando temen la victoria de Royal!

Una vez mas se ha demostrado que las contradicciones políticas y orgánicas necesitan para ser resueltas o carisma personal o espíritu de sacrificio por parte de los líderes. Cuando el primero no existe. Hay que saber practicar el segundo.

Pero no nos engañemos en el Partido Socialista Francés hay muchos, pero muchos militantes y dirigentes de gran valor. Como lo dijo Segolène Royal “Somos lo que renace cuando todo se cree perdido”. De eso algo sabemos los socialistas españoles.