El documento muestra que los países africanos afectados por conflictos, guerras civiles o insurgencia han visto reducida su economía en una media de un 15% anual. El continente pierde unos 18.000 millones de dólares al año como resultado de los conflictos armados. Los países africanos que los sufren tienen de media un 50% más de mortalidad infantil, un 15% más de personas desnutridas, y una esperanza de vida cinco años más baja que los países en paz.

La investigación estima además, que el 95% de los fusiles kalashnikov usados en estos conflictos provienen de países no africanos. Los kalashnikov son el arma más común en los conflictos africanos. Los combatientes que ignoran las normas de la guerra y cometen abusos de los derechos humanos reciben casi siempre sus suministros de fuera del continente. Estados Unidos, que el años pasado vendió armas por un valor de 10.000 millones de euros, es el principal exportador mundial de armas, seguido de Rusia, con 4.098 millones de euros, y Gran Bretaña, con 2.331 millones.

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