De acuerdo con la EPA, el cual es un instrumento más fiable que el paro registrado, pues al encuestar se recoge también a los demandantes de empleo no inscritos por cualquier razón en los servicios públicos de empleo, la tasa de desempleo en España es del 25,93 por ciento. Recordemos que ésta sigue siendo superior al 24,44 por ciento registrado en el primer trimestre de 2012 cuando el Partido Popular empezó a gobernar. Del mismo modo, la tasa de actividad del 59,46 por ciento sigue siendo inferior a la de aquel periodo, que fue del 59,94 por ciento. La EPA muestra que una vez más se reduce la población activa, pues 187.000 personas salieron de la fuerza de trabajo, lo que ha conllevado que la tasa de paro de este primer trimestre suba dos décimas respecto del último trimestre de 2013 a pesar de que el número de desempleados bajara mínimamente en 2.300 personas.
La tasa de paro es el cociente entre el número de parados medidos por la EPA, y la población económicamente activa. De ahí que cuando hay una reducción de los activos (el denominador) mayor que la reducción de los parados (el numerador), la tasa de paro aumenta. Lo que nos viene a decir la EPA es que el desempleo se mantiene consistentemente alto, por encima del umbral del 25 por ciento, y que por tanto la discrepancia con las mejoras en el paro registrado se debe seguramente a la caída de los activos, bien sea por desánimo de los trabajadores en búsqueda de empleo, el pase a la condición de estudiante o la emigración. Esto no es solamente una suposición, pues como se decía más arriba la EPA capta la caída en el número de activos, mientras que el paro registrado nos dice solamente el número de personas que se apuntan a los servicios públicos de empleo. Hay pues muy poco que celebrar si este indicador mejora porque se reduce el número de ciudadanos dispuestos a trabajar en nuestro país.
De hecho, la EPA muestra que en términos interanuales (del primer trimestre de 2013 al primer trimestre de 2014) el número de parados se ha reducido en 344.900 personas, mientras que la población activa se ha reducido en 424.500 personas, por lo que se confirma la correlación entre caída del número de parados pareja a la caída del número de activos, y por tanto la permanencia más o menos estable de la tasa de paro por encima del 25 por ciento. Asimismo, en el primer trimestre de este año, la EPA muestra que se han destruido 184.600 puestos de trabajo (en realidad fueron 195.000 en el sector privado, la diferencia se debe a la mejora del empleo en sector público). Sin embargo hay 2.300 personas menos registradas como paradas. De nuevo, esta diferencia solamente puede explicarse por el efecto de la salida de los activos del mercado de trabajo.
La parte buena es que el ritmo de destrucción de empleo (caída de la ocupación) es la menor desde 2008, y que por primera vez en nueve años baja el número de parados en un primer trimestre. Pero de ahí a descorchar la botella de champán, hay un buen trecho.