La factura de la luz necesitará intérpretes especializados, para poder entender qué se nos cobra, por qué conceptos y cuál es la mejor compañía de suministro o si es necesario u obligatorio cambiar de compañía. Los usuarios necesitaremos cursillos de grado para poder comprender lo que hay detrás del gesto de encender el interruptor de la luz. Entre Tarifas Último Recurso, “libertad” de elección de compañía, potencias contratadas superiores o inferiores a 10kw y derechos o no a “bonos sociales” anda el juego. Se han introducido nuevos conceptos en nuestra factura de la luz que no entendemos. Porque lo que la mayoría de los ciudadanos demandamos es claridad, transparencia en las facturas, sencillez, profesionalidad, buen suministro y que en tiempos de crisis que no nos suban un servicio esencial. Nos sobran los líos.
EL EMBROLLO DE LA “LIBERALIZACIÓN” ELÉCTRICA
