La falta de comida, agua, trabajo, tierra y vivienda, junto con el incremento de la desigualdad y la inseguridad, la xenofobia y el racismo, la violencia y la represión, conforman una crisis mundial que requiere soluciones globales basadas en la cooperación internacional y los derechos humanos. Critica que los Gobiernos se concentren en atajar los problemas económicos y avalar a sus sistemas financieros mientras se deteriora la situación de derechos y libertades y se recrudecen los conflictos.

El Informe 2009 denuncia la pobreza extrema en África, las desigualdades y marginación de los indígenas en América Latina, las penurias de las poblaciones urbanas y comunidades rurales pobres de India y China, las favelas de Brasil, la marginación de los gitanos en Europa y la disparidad de ingresos en países desarrollados como EEUU, el más rico del mundo.

Las desigualdades, según AI, se extienden a los sistemas de justicia y a las instituciones financieras internacionales, que han hecho más esfuerzos para favorecer el mercado libre y proteger a la empresa que para defender a los ciudadanos de las violaciones de sus derechos. La escasez de comida se ha utilizado como arma en conflictos como los de Zimbabue, Darfur, Sri Lanka o Birmania, donde las autoridades se negaron a autorizar ayuda humanitaria para 2,4 millones de supervivientes del ciclón Nargis.

La crisis económica está dando lugar al despido de inmigrantes -con el consiguiente descenso de las remesas económicas a sus países en general pobres- y a duras políticas migratorias que les exponen a la explotación y el abuso, además de potenciar el aumento del racismo y la xenofobia. AI alerta del peligro de ignorar conflictos sangrientos como el de Gaza o Afganistán, por el riesgo de que repercuta en un crecimiento del extremismo, y de utilizar la crisis como excusa para recortar las libertades civiles y reprimir protestas.

Amnistía da un toque de atención al G-20 que se comprometió a reactivar la economía, que proteja los derechos humanos, y recuerda que cada uno de ellos tiene problemas en casa. Así, insta en concreto a Estados Unidos a reconocer los derechos laborales de los ciudadanos, a la Unión Europea (UE) a proteger a los refugiados y potenciar la lucha contra el racismo y la xenofobia, y a Brasil, México, Rusia y China, entre otros, a mejorar su historial de protección de los derechos.

Vea el Informe anual sobre el estado de los Derechos Humanos de Amnistía Internacional: documento en PDF