Tercer largometraje del director Ira Sachs cuyo film Forty Shades of Blue logró en 1995 el Gran Premio del Jurado en el Festival de Sundance. Aquí escribe y dirige una historia peculiar, difícil de catalogar en un género concreto. Tiene elementos de drama y de thriller, y en algunas ocasiones se aproxima a una comedia.

Es una adaptación de la novela de John Bingham ‘Five Roundabouts to Heaven’ (cinco atajos para llegar al cielo). Protagonizada por Pierce Brosnan, Chris Cooper, Patricia Clarkson, Rachel McAdams, David Richmond-Peck, David Wenham y Erin Boyes. Nos cuenta las vicisitudes de un matrimonio de clase media en la Norteamérica de finales de los 40. Tras décadas de feliz matrimonio, Harry (Chris Cooper) decide que debe asesinar a su mujer Pat (Patricia Clarkson) porque la ama demasiado como para permitir que sufra cuando él la abandone, ya que se ha enamorado de la joven viuda Kay (Rachel McAdams), que a la vez es cortejada por el mejor amigo de Harry, Richard (Pierce Brosnan). Se trata de una película poco o nada romántica, con una visión cínica y poco atractiva de la vida matrimonial, donde sólo parece haber egoísmo y conveniencia.

De lo mejor del film es la cuidadosa ambientación de los años 40 del siglo pasado. Los personajes tienen el misterioso aire del cine negro de aquellos años, con las gabardinas, los sombreros, las lluvias nocturnas, los secretos, la mujer fatal de rubios cabellos, los exteriores urbanos grises, los interiores hogareños de color pastel, etc. Sin embargo, pese al atractivo envoltorio la historia no logra mantener el interés del espectador y en más de un pasaje la situación es artificial, posiblemente debido a la escasa definición de los personajes. El reparto es realmente bueno. Son los actores los que confieren una entidad a sus personajes logrando que el film alcance un cierto calado psicológico. Y es este retrato de personajes lo que finalmente prevalece. Aunque por punto de vista los protagonistas sean los hombres, en realidad los personajes femeninos son los que mayor profundidad presentan. Ellas son quienes parecen tener algo oculto, quienes mantienen la capacidad de sorprender. Patricia Clarkson, a quien acabamos de ver en ‘Vicky Cristina Barcelona’, da vida al personaje menos previsible. Rachel McAdams queda perfecta en su papel: Kay es tan correcta en su forma de hablar y de comportarse que comprendes que Harry y Richard se interesen por ella.

Es una película agradable, sencilla y elegante que probablemente gustará mucho a quienes echen de menos el cine de antes.