Hace tres años, otro pesquero vasco del mismo armador, el “Playa de Aritxatxu”, fue también secuestrado en la misma zona del Cuerno de África. En aquella ocasión, lograron huir gracias a la destreza de la tripulación, pero exigieron mayor protección a las Autoridades. Las aguas somalíes son de las más peligrosas del mundo y continuamente son testigos de ataques piratas. Puntlandia, de donde proceden los secuestradores, fue una de las zonas más castigadas por el tsunami del Índico en 2005. Miles de pescadores perdieron sus barcos y su modo de sustento. Muchos de ellos se introdujeron en el crimen organizado, en un país que desde 1991 está en manos de los “señores de la guerra”.
Actualmente, 21 embarcaciones de este tipo están pescando en la zona. Su valor alcanza en muchos casos los 10 millones de euros, por lo que constituyen un botín muy atractivo para los secuestradores. No sólo los gobiernos nacionales, sino también la Unión Europea o la propia ONU deberían dar una respuesta ante este tipo de situaciones de piratería internacional.