Si en Galicia no logra la mayoría absoluta el PP habrá continuidad del gobierno bipartido PSOE-BNG, lo cual significará la consolidación de la vía progresista frente a la conservadora; significará que el PSOE en plena crisis tiene mayor credibilidad que el PP, y para Rajoy será una derrota muy sensible. Si es al contrario, la derecha recuperaría un feudo y Rajoy saldría respaldado interna y externamente.

Si en el País Vasco el tripartido no logra la mayoría absoluta, la llave de la gobernabilidad recaería en el PSOE vasco y es de suponer que acabaría el “reinado soberanista” de Ibarreche, lo cual sería un hecho crucial no sólo para la política vasca y del resto de España, sino para la vida social en Vascongadas. Y, desde luego, sería un éxito y una recompensa para los esfuerzos realizados por los socialistas vascos y un revés de mucha consideración para la política de tensionamiento que llevó a cabo el PP en la anterior legislatura sobre estas cuestiones, que envenenó todo el panorama político hasta extremos insospechados.

Lo que suceda en una autonomía casi siempre afecta al conjunto de España y, por tanto, al resto de las comunidades; y si se trata de lo que pasa en las llamadas comunidades históricas, en ese caso es seguro que incide de una manera u otra sobre las otras, de forma palpable.

Nota: A mi modo de ver, se está aplicando mal la Ley Electoral en las convocatorias autonómicas, pues se da derecho a voto a nuestros emigrantes en sus lugares de origen, cuando la ley determina que se ejerce ese derecho en el lugar de residencia y no en el de nacimiento.

Otro peligro de distorsión de la ley es que haya candidaturas de emigrantes que están en España por países (pues han salido algunas noticias en la prensa sobre esta posibilidad), lo cual habría que evitar. Si se dieran este tipo de candidaturas, lo que produciría es un aislamiento en lugar de una integración y el derecho a voto en lugar de generar inclusión produciría exclusión.