Los modelos políticos están encima de la mesa. Y eso se está jugando Europa en esta cumbre: seguir con la austeridad extrema de Merkel que, después de cuatro años de crisis, sólo está trayendo sufrimiento a millones de europeos o apostar por una visión diferente que supone Hollande, con instrumentos de crecimiento y cohesión.
El Gobierno socialista francés toma una medida insólita dentro de la oleada de recortes que Europa está aplicando: subir el salario mínimo interprofesional. Un salario mínimo que se sitúa en 1.400 euros. ¡¡¡Más del doble que el español!!!
Lo que obliga a reflexionar sobre algunas cosas: España y Francia no están tan alejadas en su nivel de vida, en su nivel de consumo, en los costes de precios cotidianos. Viajar al país vecino es encontrar hoteles de precio similar, comidas y ropa al mismo nivel, incluso infraestructuras de carreteras y medios de transporte similares. Nadie puede observar diferencias en el país que justifiquen que sus salarios mínimos sean tan dispares. Basta observar el PIB entre España y Francia del último año: España cerró con un 99% sobre la media europea y Francia con un 107%. Una diferencia de PIB que no justifica en ningún caso que los salarios mínimos de los trabajadores franceses sean más del doble que los españoles.
Muchos españoles que trabajaban en la construcción hace unos años están emigrando a Francia a trabajar en rehabilitaciones de viviendas y en obras nuevas, con contrato fijo desde el primer día y con salarios mucho más altos de lo que aquí se pagan.
Lo que significa que Francia tiene una mayor cohesión social, una menor diferencia de nivel entre sus ciudadanos, una mayor protección basada en el trabajo y en el salario. Al tiempo que desmiente que uno de los problemas de España sea el alto coste laboral que suponen los trabajadores, el alto salario y la necesidad de trabajar más por menos.
Últimamente los españoles estamos sometidos a una presión continua, provocada por los conservadores económicos y políticos, con Rajoy a la cabeza, que apuestan por un empleo más barato, menos protegido, con menos condiciones, más subdesarrollado en sus derechos para conseguir que España salga de la recesión. Se culpa a los ciudadanos de vivir por encima de sus posibilidades con salarios elevados.
Si España se deja llevar por los cantos de sirena del pensamiento conservador encabezado por Merkel y secundado por Rajoy, perderemos la cohesión y se abrirá una brecha social mayor entre los españoles.