Todas las encuestas de opinión realizadas en los últimos años han mostrado que el actual Alcalde de Madrid, goza de una muy buena imagen como responsable político. Asimismo, ha sido constante el buen trato que ha recibido por la mayoría de los medios de comunicación más importantes de nuestro país; no tengo ninguna duda, que las virtudes propias y una importante habilidad para eludir situaciones incómodas en el ejercicio de sus responsabilidades, lo han hecho posible.
Los años transcurridos, desde que el Sr. Gallardón ha tenido la máxima responsabilidad política (Presidencia de la Comunidad de Madrid y Ayuntamiento de la capital), nos han mostrado una forma de gestionar, que no se ha caracterizado por el rigor presupuestario exigible a la gestión pública. La deuda de la Comunidad de Madrid, a su marcha era ya preocupante y mucho más alta que a su llegada; la deuda actual del Ayuntamiento de Madrid superior a los 7000 millones de euros tiene al borde de la quiebra a las arcas municipales. Puede afirmarse que cualquier manual elemental de gestión, definiría a la realizada por el actual Alcalde de Madrid como despilfarradora, peligrosa para el futuro de la hacienda local madrileña y muy ineficiente; quienes defienden ardorosamente la gestión empresarial estoy seguro dirían, que en una empresa, una situación así llevaría al relevo del máximo responsable. Como estamos hablando de la gestión de una Institución del Estado, es exigible se den explicaciones veraces a la ciudadanía y se asuman responsabilidades.
El Sr. Gallardón, una vez más trata de eludir responsabilidades, tratando de culpar a una deficiente financiación local y a la negativa del Gobierno de España a permitirle refinanciar la deuda municipal, de la situación caótica de las arcas municipales. Una vez más, Gallardón hace honor a su forma de hacer política, nada de autocrítica y demagogia pura para justificarse; es muy libre el Sr. Alcalde de actuar de esa manera, pero espero no pretenda tomar a los ciudadanos, particularmente los madrileños, por inocentes niños desinformados que no le exigirán responsabilidades. Los que vivimos en Madrid, sufrimos los aumentos de tasas e impuestos que el Sr. Gallardón ha aplicado de manera reiterada, hemos soportado la nueva tasa de basuras para encontrarnos una ciudad cada vez más sucia, asistimos al desmesurado afán recaudatorio de la administración municipal, que llevó a extender el aparcamiento regulado, a zonas de la ciudad donde no existía ninguna necesidad con la única intención de recaudar dinero de nuestros bolsillos para hacer frente a los gastos derivados de su ineficiente gestión.
Se hace necesario hablar con claridad; creo es fácil ponerse de acuerdo en la necesidad de modificar las normas, que rigen actualmente la financiación municipal, garantizando así la suficiencia financiera de los ayuntamientos, toda vez que asumen en la práctica prestaciones que no son de su estricta competencia. Abórdese por tanto, los cambios normativos necesarios para conseguirlo. Ahora bien , lo cierto es que el actual modelo de financiación, lo es para todos los municipios y cabe preguntar: ¿Por qué el Ayuntamiento de Madrid tiene unos niveles de deuda tan escandalosos y no los tienen otro municipios muy importantes? ¿Pretende el Sr. Gallardón hacernos creer, que Madrid es tan especial, que incluso los principios de gestión presupuestaria son diferentes en su administración? ¿ No habrá ocurrido que a la hora de priorizar acciones y gastos, primó más el carácter megalómano del Sr. Alcalde que la racionalidad y el rigor en la gestión? ¿Conoceremos los madrileños el coste real de las obras de acondicionamiento del edificio de Correos y la desviación sobre lo inicialmente presupuestado? ¿Era realmente prioritario abordar esa obra, frente a las deficiencias en servicios básicos que aún hoy tiene la capital? ¿Una refinanciación de la deuda municipal madrileña garantizaría, con Gallardón de alcalde, la salida del caos financiero actual?
Cuando las cuentas municipales madrileñas, presentan un color rojo intenso, y prácticamente están al borde de la suspensión de pagos no vale recurrir a excusas fáciles (Zapatero asfixia Madrid, etc.), lo obligado es asumir responsabilidades y eso hasta hoy, no lo ha hecho el Sr. Gallardón. Una vez más, pretende mantener una imagen impoluta como ocurrió en el llamado “Caso Guateque”.
En mi opinión, estamos asistiendo al desmoronamiento de esa imagen de excelencia en la gestión, que parecía otorgarse al Sr. Gallardón desde muchas tribunas; en términos coloquiales suele decirse que los números cantan, en el Ayuntamiento de Madrid lo hacen muy mal y con mucho desafino.
Los madrileños deberemos reflexionar sobre la realidad de la gestión política del actual Alcalde de Madrid, en consecuencia exigirle responsabilidades y manifestar nuestra posición cuando podemos decidir: en el momento de acudir a las urnas.