Es esta una interesantísima novela de amor y espionaje que se desarrolla en Madrid en el invierno del año 1940, en aquellos momentos la II Guerra Mundial arroja un resultado absolutamente favorable a Hitler y Mussolini, aliados de Franco durante, y después, de la Guerra Civil, y únicamente Gran Bretaña hace frente al poderío alemán. Stalin y Hitler han firmado el 23 de agosto de 1939 un pacto de no agresión conocido también como Pacto Ribbentrop- Mólotov que, además de otras anexiones territoriales a favor de la URSS, les ha permitido repartirse Polonia. La evacuación en Dunkerque de la Fuerza Expedicionaria Británica y de soldados belgas y franceses junto con los continuos bombardeos sobre Londres hacen pensar que el triunfo del nazismo y el fascismo es inminente. Franco se entrevista con Hitler en Hendaya y en el ambiente late la idea de que España va a declarar la guerra a Gran Bretaña.

En este tiempo tan oscuro y convulso el autor describe la situación política y la vida cotidiana en la capital de España a través de tres ingleses que han estudiado en el mismo colegio de elite en Inglaterra: Harry Brett, combatiente en Dunkerque, que trabaja de traductor en la Embajada británica en Madrid, aunque este trabajo no es más que la tapadera de su verdadera misión que consiste en obtener información de su antiguo compañero de estudios Sandy Forsyth, relacionado con algunos círculos falangistas en busca de oportunidades de negocio en España y, por último, Bernie Piper, que ha participado como voluntario en la Guerra Civil española con las Brigadas Internacionales y que desapareció en la batalla del Jarama.

Por medio de estos tres personajes Sansom analiza la realidad desde perspectivas ideológicas distintas y nos introduce en las penalidades y miserias del Madrid recién salido de la guerra civil. El barrio de Carabanchel, los aledaños a la Puerta de Toledo, el Paseo de la Castellana, el café Gijón así como los alrededores y ciudad de Cuenca son algunos de los lugares en los que se desarrolla la novela y que reflejan la cruel realidad de aquel tiempo, el contraste entre las fiestas de los ganadores de la guerra y el hambre, la desolación y la represión en la que viven los perdedores. Un Madrid triste, una España que saluda brazo en alto con la bendición de la Iglesia Católica, con miles de presos políticos condenados a trabajos forzados y continuas sentencias de muerte.

La novela atrae al lector desde el comienzo y le tiene en vilo hasta el final, y al margen de lo que ocurre alrededor de los personajes, expresa una reflexión sobre la decencia, la dignidad humana y el amor en un tiempo nada proclive a estos valores.

Por último, conviene decir que esta novela puede convertirse, a mi juicio, en un buen guión cinematográfico sobre aquéllos terribles años en los que, como dice el autor en la dedicatoria, miles de hijos de padres republicanos desaparecieron en los orfelinatos de la España franquista.