Posiblemente, el Presidente pareció en algunos momentos demasiado tenso y serio y quizás faltó un poco de chispa en la entrevista, pero en el análisis habría que ser capaces de centrarse más en lo que dijo que en la forma en que lo dijo. En este sentido, me parece que no puede negarse que el Presidente fue sincero y realizó explicaciones y análisis que son correctos y se corresponden con lo que la actual situación demanda, dentro de un propósito general de intentar positivar las tendencias, ¡que falta nos hace!
Desde esta página y desde las columnas de TEMAS he subrayado varias veces los fuertes componentes de subjetivismo negativo y de falta de confianza que están afectando la situación económica española. En las últimas encuestas publicadas a principios de marzo aun se podía constatar que en torno al 80% de la opinión pública consideraba mala o muy mala la situación económica de España, en tanto que sólo un 20% considera mala o muy mala su situación económica personal. Esta diferencia nos da la medida de hasta qué punto se están amplificando los problemas y hasta qué grado la situación económica actual se ve afectada por un estado psicológico pesimista y una notable falta de confianza. Lo cual no deja de ser llamativo. Pero es lo que hay, y con estos mimbres hay que trabajar, intentando cambiar el clima y la tendencia.
En esta perspectiva, la comparecencia-entrevista del Presidente del Gobierno pretendía contribuir a superar tales climas de opinión. Y lo hacía recurriendo a los argumentos, a los datos, a las explicaciones… Y en este sentido creo que poco es lo que se puede objetar.
Sin embargo, en la situación actual el “poder de la palabra”, por sí solo, no parece suficiente para remontar ciertas situaciones y percepciones críticas. Por lo que son necesarias otras iniciativas y estrategias de recuperación. De recuperación del tono y de la tendencia económica. El propio Presidente lo subrayó en la entrevista: en situaciones económicas como las actuales los factores subjetivos son muy importantes.
Aun así, en estos momentos en la opinión pública española existen claros deseos y una expectativa subyacente para que se proporcionen certezas e indicios razonables de que se están haciendo cosas para avanzar en el camino conveniente. Las iniciativas orientadas a formalizar un gran pacto de Estado apuntan en esta dirección, Y si dicho Pacto se llegara a materializar más pronto que tarde, la opinión pública aun valoraría mucho más positivamente que los acuerdos se tradujeran a nivel gubernamental.
Por eso, en coyunturas como las actuales, mucho más eficaces que miles de explicaciones y argumentos razonables y atinados, pueden ser unos pocos gestos e iniciativas que vayan en la dirección de lo que la gran mayoría de los españoles piensan que habría que hacer para salir antes y en mejores condiciones de la crisis.