Ahora lo aprendido. La sorpresa es notoria. La presunción de que Europa la lideraba la unión económica ha resultado una falacia. ¿Qué coordinación existía? Para girar todos a una como las veletas, según el arbitrio del momento, no necesitábamos una moneda común, un banco central y tantas instituciones de gestión. La Unión Europea, tomando como señal de integración la economía, es un armatoste que gira en el aire. La fuerza del capital especulativo ha sido su la última ratio.
Y, como consecuencia, la política local donde tan loca gira la veleta que el Partido Popular se erige en defensor de los trabajadores. Pero hay que entenderlo bien. Ya decía Esperanza Aguirre que también eran necesarias las sirvientas, los camareros y otros oficios de guardar. Gran lectora de Hegel, se mueve con sutileza en la dialéctica entre amo y esclavo. Su manejo de la ironía solamente se percibe recordando su experiencia como Ministra de Cultura. Gracias a ella, nunca se vio tanta persona sensata boquiabierta, en espera de mosca. Mientras, Montoro explica que intentar recaudar más entre los más ricos es una tontería: los ricos son poquitos. Tiene una cierta belleza excéntrica el razonamiento. Una greguería se quedaría avergonzada a su lado. Vivimos tiempos de veletas. Por eso, esta fiebre obrera es solamente un viento que le dio a Cospedal.
Con el viento en popa, es posible poner idem a la justicia. La posible financiación ilegal del PP (Barcenas, Camps et alt.), así como otros dislates propios, consecuencia de las mayorías absolutas prolongadas, se amortizan con el enfado generalizado al descubrir que el gobierno desgobierna y tira de cartera ajena como propia. ¿Qué son diez puntos de diferencia en intención de voto? Es el calentón del momento. Esto pasará y se templará el clima social. Al fin y al cabo, ahora los funcionarios pasaran el verano más frescos por trasquilados y los jubilados por congelados.
Desgraciadamente corren malos vientos, empeorados en un mundo gobernado por las veletas. El asalto del ejército israelí al “convoy” humanitario de ayuda a ese campo de concentración, ese ghetto real que son los territorios palestinos bloqueados, es otro indicador de suma y sigue. ¿Resultará ahora una novedad en la política internacional la estrategia de “hechos consumados”? ¿Dónde está la Polonia de Israel? ¿El límite que no puede traspasar? Es una ventaja evidente tener bien medida la desvergüenza de los demás, superior a la propia incluso. Moraleja. Nadie negocia sin tener necesidad, ni puede dar lo que no tiene.