Me vienen a la mente los años de burbuja. Parece que no hacía falta quitar la música, que decía Sebastián ya de resacón en las pegas. Quizás la dación en pago, en su momento, hubiese limitado al banco especular con el precio de las viviendas. Es fácil dar un crédito para comprar lo que no lo vale cuando lo piensas cobrar de otra parte. Los bancos y cajas sobreestimaron las tasaciones que ellos mismos hacían, cosa que hubiesen cuidado mucho más de saber que en la prenda estaba el pago. Y por eso, en este momento en que somos los avalistas del rescate a la banca y los precios están bajando a su nivel, es la ocasión: la dación en pago dificultaría y encarecería el acceso al descredito que producen las chapuzas financieras especulativas. Al final tenían razón, pero como siempre leyéndolo al revés.

En realidad hay dos economías sumergidas. Una evade impuestos y la otra la realidad. La segunda, que no la primera, ha hundido al país a su nivel. Es una economía que trabaja exclusivamente para el capital. Que inventa la realidad y la prescribe, ajustando el traje al que lo encarga. Son “economiastas” que lo hacen todo a derechas. Todo. Están en las antesalas del poder y aportan esa legitimación que les permite montar un número tanto cuando las hacen para sí como cuando las deshacen para no. Estos sí que se merecerian la “dación en pago”.

Y tenemos nuevo Papa. Tan humilde que en poco será Papa Paco. Añade un nuevo misterio a la fe católica. Era difícil lo de la Santísima Trinidad con aquello de tres en uno. Y por más tres en uno que se use no se abre el misterio. Dar ahora con un argentino humilde que se llama algo parecido a “orgoglio” me supera aún más. Un argentino humilde, después de Maradona, es un milagro. Para esto sí que hay que tener fe a pares. Por lo pronto ya se ha hecho fabricar un anillo argentino chapado en oro. Díce tener como objetivos para la Iglesia la pobreza y la evangelización. Difícil lo tiene. Sólo con evangelizar el Estado Vaticano ya hay para tres pontificados. Milagro será que haga lo de tres en uno otra vez. Vamos, de lograrlo me convierto al argentinismo chapado. Pero bueno, hay que darle tiempo para saber si cantará tango o milongas.

Bárcenas es el alma y retrato del PP. Como Dorian Gray, en sus cuentas corrientes se iba registrando lo que no se contaba públicamente. Asunto feo, feo. Ahora dos jueces se pelean por el niño y no quieren partirlo por la mitad. Eso es lo que a Salomón y Rajoy les gustaría proponer. Por el bien del niño y de la justicia esperemos que terminen unidos al final de la disputa. Ahora han declarado Pons y el Conde de Fontao por lo del “no quiero ser florero”. El Conde, todo acelerado, dice que tiene “motu propio”. Creo que se confundió pensando que también declaraba Sito Pons. Es otro Pons, el que con el pié en el estribo judicial, avalaba hasta hace nada la honestidad de sus compañeros de fatigas. Mientras movía los labios en modo apología escuchabas el infantil “Excusados. Por mi primero y por todos mis compañeros”. En esta carrera a togas que se celebra en los juzgados, como preguntes por los excusados te envían a la calle Génova. Al fin y al cabo son los más cercanos al Tribunal Supremo. Otro que no sabe si pasará la ITV judicial es Oriol Pujol. Para cultura general, el Oriol es un pájaro. Este tipo de pájaros abunda por Cataluña y Comunidad Valenciana. Tan abundante es que ya dio nombre a Orihuela antes de que su alcalde y Conseller de derechas terminara en la carcel por estafar a unas monjitas. Este Oriol al parecer tuvo problemas de frenado y se pasó de largo. Cuestión de pedales. Ya al otro hermano Pujol le falló el embrague.

Lo cierto es que cada comunidad tiene sus averías específicas. En Cataluña, por ejemplo, las maquinarias políticas presentan problemas de trasmisión y dirección mientras que en Andalucía los tienen sobre todo con la junta culata (como muestran los ERE). En Comunidad Valenciana es, evidentemente, cuestión de luces. Basta oír a Camps y sus ex para iluminar la avería. En Madrid, ya verán, la cuestión es el agarre y el desgaste de los rodamientos. Es cuestión de tiempo al tiempo. En resumen, en España tenemos un grave problema mecánico con las maquinarias políticas que continuamente aparecen llenas de “averías”. Es decir, de pájaros variados.