Así pues, no sería muy difícil redescubrir en el siglo XXI, una Bernarda entre nosotros, asease, una mujer- verdugo que gobierne su casa a bastonazos. Alguien con poder, a la que por sus prácticas, Bernarda le transfiera sus propiedades como sujeto de la metáfora. Esta interacción simbólica, claro está, se produce, no porque dicha mujer sea fan del puro ejemplo de nuestro mito lorquiano, sino, porque Doña Bernarda era fan de un ethos concreto, es decir, hija de aquella parte de la sociedad española, que aún hoy, se resiste a convivir de manera justa con sus semejantes. Por lo que, el personaje simbolizante de Lorca representa la captación social y la traslación literaria de un sistema de valores que llega hasta nuestros días, y que además, sigue instalado en el poder a través de las instituciones democráticas, aún cuando puede ser calificado de autoritario.
En reconocimiento al compromiso emancipador de Lorca, sería bueno y justo que los ciudadanos de la Comunidad de Madrid conociesen los quehaceres y valores de la aristocrática Bernarda (un ciudadano, un libro). Precisamente esta semana, en honor a su particular código de honor – aunque la realidad que la rodea ha cambiado, ella permanece imperturbable-, se ha amarrado los machos y ha sacado el fálico bastón para recordarnos a todos que la más casta y pura sigue viva, y, que todas cuantas artimañas tenga que desempolvar del baúl de las cruzadas serán bienvenidas para recuperar su trasnochada visión de España. A que sí Bernarda… ¿A que la nostalgia es un dedo en la llaga con sus sigilosos pasitos de cangrejo? Cómo duelen los anhelos… Eres capaz de cualquier cosa con tal de volver al origen de nuestro males… inserto en tus principios.
¡Silencio!…
A mandado callar a todo el mundo. Ya lo decía Lorca, es como un oso. En los momentos duros se crece, se torna ojeriza y el ansia le ciega… entonces, le suele pasar como aquel necio de machado que confundía valor con precio. Su actitud es un ejemplo de ello. No se le ha ocurrido mejor idea, que mandar a callar a aquel que ha día de hoy es el legitimo representante de todos los ya, de por sí silenciados. Era de esperar, pues aunque se muestra clarita como el agua se mueve en un mundo de apariencias: mayo está cerca, es el mes de las flores y ella ya ha empezado a hacer sus ofrendas. Tal vez porque Tiene el muerto en casa,… y el qué dirán le trae por la calle la amargura.
De los que sometes, los que te desconocen ni se imaginan cuánto daño les hace actitud. No te conformas con silenciarlos para conseguir tus rancios objetivos, sino, que además intentas enfrentarlos y dividirlos. Esos trabajadores que tus crees que son tus indignos criados, no se unieron para servir a gente como tú, sino por un interés común; un interés de clase, que no es la tuya. Los que te conocemos te vemos el plumero, porque tú eres de las que piensa: tanto tienes tanto vales; eres archiconsciente de que dinero y derechos son directamente proporcionales para los intereses de tu universo Bernardino. Eres la esperanza de la nostalgia de los trasnochados de este país. España no necesita ser silenciada, necesita ajustes morales y tú no eres, querida Bernarda, el mejor ejemplo a seguir.
*La casa De Bernarda Alba; Federico García Lorca:
Primer acto; segunda intervención de Bernarda después de ordenar silencio.