La ambigüedad cómplice del Colegio de Médicos de Madrid con su Presidenta a la cabeza, así como el silencio vergonzante de muchos profesionales médicos que no supieron defender, no tanto a unos colegas, sino al propio ejercicio libre de su profesión permitieron se iniciase desde el Gobierno de Madrid la mayor agresión de toda la historia contra la Sanidad Pública y sus profesionales en nuestro país. Sólo la firme convicción de los denunciados en su buen quehacer profesional y el enorme apoyo que la ciudadanía de todos los rincones del país les prestó, permitió que a pesar de la persecución a que fueron sometidos ellos y quienes les apoyaron, pudiesen demostrar ante los Tribunales la falsedad de los hechos que se les imputaban.

Una vez la Justicia estableció la inocencia de los acusados así como la absoluta ausencia de mala praxis en su actividad profesional, parecía razonable que en un sistema demócratico se asumiesen responsabilidades políticas por parte del Gobierno Aguirre. Nada más lejos de la realidad. La Sra. Aguirre, que validó reiteradamente la actuación del Sr. Lamela (posteriormente lo fulminó y eliminó de su Gobierno), a fecha de hoy sigue sin asumir ninguna responsabilidad política.

El pasado 14 de abril el Juzgado de Instrucción nº 43 de Madrid ha admitido a trámite la querella que los doctores Montes Mieza y López Varas interpusieron contra el ex-consejero Lamela y los miembros del Comité de Expertos que él mismo nombró ad-hoc por los presuntos delitos de denuncia falsa y falsedad.

Desde un absoluto respeto al Estado de Derecho y consecuentemente a la presunción de inocencia (derecho vulnerado reiteradamente por el Gobierno de Madrid en este asunto), estoy convencido que la actuación judicial que ahora comienza, va a permitir pueda demostrarse que la actuación de Lamela y sus acólitos no perseguía la búsqueda de la verdad y la seguridad de los pacientes, sino el aniquilamiento de unos

profesionales que defendían y defienden un concepto de servicio público sanitario absolutamente contrapuesto a la ideología reaccionaria y fundamentalismo político que representa el Gobierno de Esperanza Aguirre.

El comportamiento político del Gobierno de la Comunidad de Madrid y de su Presidenta en este gravísimo suceso pone al descubierto la absoluta falta de ética política que preside su ejercicio del poder y debilita de manera grave la fortaleza de nuestro sistema demócratico. Para concluir y como dato muy esperanzador, tenemos una certeza: LA VERDAD AVANZA