Al mismo tiempo, en esos barómetros, los mismos ciudadanos opinaban que el partido que más simpatía les producía o el partido que consideraban más cercano a sus propias ideas era el PSOE, con un 18,4 por ciento, por delante de todos los demás, incluido el PP.

Ante semejantes datos, y tras el extraordinario trabajo que ha realizado el PSOE, sus militantes y simpatizantes, para renovar su discurso en la Conferencia Política del año pasado, la conclusión, confirmada en estas elecciones, es que la credibilidad no la hemos recuperado.

Los ciudadanos no se han fiado, a pesar del enorme trabajo realizado por la militancia, y se han fijado más en quienes dirigían el partido que en los mensajes que lanzábamos a la sociedad en una situación de crisis económica, social y política sin precedentes en nuestro país, y agravada por el Partido Popular en el Gobierno. Los ciudadanos no nos han acabado de perdonar. Y de ahí el resultado.

Las Elecciones Europeas, y cómo el PSOE ha tomado las primeras decisiones tras el fracaso electoral evidencian dos cosas. La primera, que hay una forma vieja de hacer política, aquella que no escucha a los ciudadanos y que encarna el Partido Popular. Y la segunda, que la asunción de responsabilidades por parte del Secretario General del PSOE, tras ver lo que los ciudadanos habían votado, inicia una nueva etapa política en el PSOE, desde la generosidad y la responsabilidad asumida, convocando un Congreso Extraordinario para los días 19 y 20 de julio.

Hay que poner en valor, que el PSOE ha escuchado a los ciudadanos y va a realizar un Congreso Extraordinario que nos ponga en la misma sintonía de esos españoles que creen que el PSOE es el partido por el que más simpatía tienen o el más cercano a sus propias ideas. Por encima de personalismos, hace falta altura de miras y generosidad para que el resultado sea el mejor para España y para el PSOE.

Supone una evidencia, pero la democracia son formas y éstas son decisivas, aunque nunca pueden llevar a poner en segundo término la situación crítica en la que se encuentra el PSOE y las soluciones para superarla.

Si el objetivo, para todos los socialistas, es que el próximo congreso se convierta en el inicio de un tiempo nuevo para el partido y para España, hay que elegir al equipo y a la persona que pueda liderar el PSOE los próximos años, con un liderazgo sólido que nos permita recuperar la confianza de los ciudadanos para blindar derechos y servicios públicos que ahora el PP está recortando.

Y aquí, con todo el respeto a todas las compañeras y compañeros, la persona que mejor puede hacer esa labor es Susana Díaz, independientemente del método, que por supuesto será democrático. Susana puede conseguir un PSOE unido y comprometido con las necesidades y los anhelos de los ciudadanos. Puede conseguir un PSOE que la gente lo vea con capacidad de gestión, cercano a ellos y con soluciones para mejorar la equidad desde unos claros y realistas principios socialistas.

Los españoles quieren que se realicen por parte de los gobiernos políticas de igualdad; quieren que el Estado, a través de sus gobiernos, intervenga en la economía; y quieren que para mejorar la democracia haya más honradez, más debate, diálogo y participación de la gente. Esas demandas y necesidades las ha puesto en marcha Susana en Andalucía, y ahora puede ponerlas en práctica en España, para acabar con la ruptura del contrato social llevada a cabo por el PP y las elites económicas que han traído desigualdad, sufrimiento y pobreza.

Los socialistas no podemos tener miedo al cambio. Los socialistas no pueden resistirse al cambio. Los socialistas tenemos a la persona en la cual los ciudadanos pondrían la educación, la salud y las pensiones de sus familiares en sus manos. Una persona joven, pero contrastada. Una persona de consensos en una España de fronteras visibles e invisibles. Una persona que encarna la gran coalición por los derechos de las personas, la gran coalición por la igualdad y la justicia social. La gran coalición de verdad, que con ella nadie dudará, porque ella ya gobierna con la otra izquierda.

Adelante Susana. El cambio no puede esperar. España no puede esperar. El PSOE no puede esperar.