De la colaboración, que muy pronto alcanzará los seis años de duración, entre el Museo Thyssen-Bornemisa y la Fundación Caja Madrid se nos brinda la oportunidad de gozar en formato de exposición del magnífico ensayo de Victor Stoichita “Breve historia de la sombra”. Gracias a la iniciativa de ambas instituciones y a la persistencia de Guillermo Solana, director artístico del museo, es hoy posible esta exposición tan sugerente.
La muestra La Sombra analiza el conjunto de interrogantes, implicaciones y problemas derivados de la representación de la sombra a lo largo de la historia del arte. Desde que Plinio el Viejo, en el siglo I d. C., atribuyese el origen de la pintura a la circunscripción de las sombras creadas por la luz de una vela, su representación ha estada ligada a la esencia misma de pintar. Cada época le ha dotado de connotaciones diferentes lo que se puede apreciar a lo largo de las más de ciento cuarenta obras que se exponen.
La exposición está planteada en dos grandes bloques estrechamente relacionados entre sí: En primer lugar, un completo recorrido por la obra de artistas y movimientos que, desde el Renacimiento hasta finales del siglo XIX, han representado y utilizado el elemento sombra de uno u otro modo en sus composiciones: desde las connotaciones simbólicas o su estudio y utilización en la creación de perspectivas de los artistas del Renacimiento, hasta la representación de la luz y la sombra en el Impresionismo, pasando por su espectacular uso por parte de los pintores tenebristas del Barroco o su incorporación como elemento narrativo fundamental en la época romántica y postromántica.
La segunda parte, se abre con una sección consagrada a las “sombras y luces de la Modernidad”, tal como éstas se representan a lo largo del siglo XX, con especial atención a su utilización en los juegos de proyección de los pintores surrealistas y a su papel protagonista en el Expresionismo alemán. Los demás capítulos de esta segunda parte ofrecerán un panorama de la utilización multimedia y lúdica del juego de sombras, desde la fotografía de Man Ray y André Kertész hasta las experiencias cinematográficas de Murnau, Orson Welles o Peter Greenaway.
Una oportunidad única para valorar como “la sombra” no siempre ha significado lo mismo. De cómo el contexto cambia la percepción de las cosas y lo que amanece como inmutable se hace mutable.
Junichiro Tanizaki en su ensayo, ya clásico de 1933, “El elogio de la sombra” afirmaba que mientras en occidente, el más poderoso aliado de la belleza fue la luz, en la estética tradicional japonesa lo esencial estaba en captar el enigma de la sombra.