Rajoy guarda silencio por dos razones: una, porque no puede acompañar palabras y acciones; dos, por estrategia. El PP siempre ha utilizado la misma estrategia: callar y desviar la atención esperando a que todo escampe; matar a los mensajeros, da igual de que estamento, organización o institución pertenezcan (jueces, policías o periodistas); y acusar de “tú más” al partido socialista. Pero ya no sirve nada de todo esto.
En primer lugar, ya no sirve “matar al mensajero”. Porque el hecho cualitativo importante ocurrido esta semana es que los rumores, chimes, filtraciones, acusaciones y mentiras que el PP decía que se estaban produciendo como una campaña de acoso contra ellos, son hoy una escandalosa verdad judicial.
En segundo lugar, no sirve el “tú más”. Filesa y Gürtel no son comparables: ni en cantidad económica, ni en número de imputados, ni en extensión de la trama corrupta. Al PP sólo le queda agarrarse a lo ocurrido en el PSOE hace 30 años para intentar salvar los muebles. Pero Gürtel es injustificable.
Y en tercer lugar, ya no sirve el silencio de Rajoy como estrategia. Porque esto no es una tormenta de verano. No es un capricho de un medio de comunicación, como se acusó al País en su momento. Y no es sólo una cosa de regalos, trajes y relojes. Es toda una trama de corrupción montada al calor y cariño del PP para enriquecerse, lucrarse, robar a manos llenas, y, de paso, “ayudar al partido”.
Y mientras, Esperanza habla. El cinismo y la sangre fría de esta dama sin escrúpulos me asombra cada día. No conozco a nadie en política, ni dentro del PP (da igual que piense en Zaplana, Matas o Fabra) que me produzca tanta vergüenza ajena como esta mujer. Bien vestida, bien peinada, y sin rubor ni color en las mejillas, hincha pecho como una paloma para decir que si “hay dudas razonables, se tomen medidas”. ¿Cómo las pruebas más que razonables del “Tamayazo” que la llevaron a ocupar el sillón de la Presidencia de Madrid? ¿Cómo las pruebas màs que razonables de los espías de su Comunidad? ¿Cómo las pruebas más que razonables de la implicación de la Presidencia de Madrid, que ella ostenta, en el caso Gürtel? ¿Cómo las pruebas más que razonables de que Fundescam financió su campaña electoral?
En las Comunidades gobernadas por el PP (Madrid, Baleares, Valencia ….), se veía demasiado humo para que no hubiera fuego. La ocultación sistemática de documentación; impedir la fiscalización de la oposición; los reiterados sobrecostes; las innumerables campañas institucionales; la promoción y propaganda; los “amigos” empresarios que hacen de todo; la fanfarronería y el creerse invencibles e intocables. Demasiados paralelismos para pensar que sólo son “cuatro chorizos”.
Pero para que todos los cargos con responsabilidad pudieran favorecer a la trama dándoles encargos en ayuntamientos, diputaciones o Comunidades, había que “comprar” su silencio o su amistad. Esos han sido los innumerables regalos que se hacen a un concejal para que mire a otro lado, a otro responsable para que firme la adjudicación, a aquel otro para que trocee el contrato y no publicite el concurso. Así, una infinidad de corruptelas que han compuesto una trama, con personajes principales y cientos de secundarios, que hoy sudan la camiseta porque “también tuvieron un pequeño obsequio de la trama Gürtel”.
Esa ha sido la tela de araña del PP. ¿Cuánto ha sabido y sabe Rajoy cada vez que Correa o el Bigotes lo saludaban en el despacho de Génova o un mitín electoral? Ése es el silencio de Rajoy.