Desde que surgió la crisis, aparte de las lecturas que realizo, trato de hablar y cambiar impresiones con economistas, tanto del mundo académico como del mundo profesional, algunos de ellos ya prejubilados, para tener una idea global de lo que realmente está sucediendo. Todas estas conversaciones me están sin duda enriqueciendo y observo que se dan dos actitudes en la búsqueda de información y para tratar de entender lo que está pasando.
Una, la de los que siguen con verdadero interés las noticias que se suceden a un ritmo trepidante a través de CNN y prensa internacional o nacional, generalista o especializada en temas económicos, al igual que en revistas semanales o mensuales. Otra, en la que me encuentro yo mismo, la de los que sin perder de vista la información en los medios la combinamos con una selección de artículos y con la lectura de libros de historia, de teoría y estructura económica. En esta segunda opción, lo que buscamos es no sólo la sucesión de hechos y análisis coyunturales, sino una visión más estructural, lo que obliga a repasar la historia y las contribuciones teóricas de la economía sobre las crisis o sobre las fluctuaciones cíclicas.
Acerca de los libros que se hayan podido publicar sobre la crisis actual, en España aún no hay casi ninguno. Hasta lo que yo sé se encuentra el libro de Soros El nuevo paradigma de los mercados financieros (Taurus, 2008). Sin embargo, en Francia pude comprobar que en las librerías de París ya había muchos sobre las estanterías y de los que pude hojear me quedé con el de Aglietta La crise (Éditions Michalon, 2008), que está realizado en forma de respuestas a 10 y 1 preguntas efectuadas por Séguillon.
Pero aparte de la actualidad hay que acudir a los clásicos y no se puede eludir a Marx, fundamentalmente El Capital, pues es el primer teórico que hace un análisis muy acertado sobre las crisis económicas y es de los mejores legados que han quedado de su obra. Así lo reconoce un autor tan importante como el italiano Labini, recientemente fallecido. La gran economista británica Joan Robinson dijo también algo muy significativo sobre Marx y es que éste, tratando de destruir el capitalismo, explicó perfectamente cómo funcionaba.
Las contribuciones que se han hecho posteriormente por los que se consideran seguidores suyos han sido también muy considerables y, aunque sea un tanto pretencioso por mi parte, se puede encontrar una síntesis de todo ello en mi libro Los socialistas utópicos. Marx y sus discípulos (Síntesis, 2000). Si nos adentramos en el presente y desde una perspectiva marxista, recomiendo el libro de Duménil y Lévi Crisis y salida de la crisis (Fondo de Cultura Económica, 2007).
Si queremos conocer a fondo la historia de las crisis financieras, destacaría dos libros, esencialmente el de Galbraith Breve historia de la euforia financiera (Ariel, 1993) y el de Kindlerberger Manías, pánicos y cracs (Ariel, 1991). Precisamente, estos dos autores han escrito específicamente sobre la depresión de los treinta. Kindlerberger tiene una obra dentro de la historia económica mundial en el siglo XX que abarca esos tristes años treinta, La crisis económica 1929-1939 (Crítica, 1985). De Galbraith encontramos su ya clásica El crash de 1929 (Ariel, 2008), que se ha vuelto a reeditar siguiendo lo que el propio autor dice acerca de su obra publicada en 1955: “Cada vez que la obra estaba a punto de ser descatalogada y desaparecer de las librerías, un nuevo episodio especulativo -otra burbuja o el infortunio de ella resultante- estimuló el interés por la historia de aquel gran caso contemporáneo de prosperidad y súbito desplome del mercado de valores, que condujo a una implacable depresión”.
En fin, hay mucho más, pero para escribir la carta a los reyes magos no está mal. Un consejo: combinen estas lecturas si les interesa con novela, también las hay muy buenas sobre la depresión de los treinta. Pero no se depriman, en otras peores nos hemos encontrado y, como siempre, brindemos por el optimismo de la voluntad.