El dios Zeus, montó en cólera y castigó a Prometeo a que sus vísceras fuesen comidas al amanecer de cada día, por una feroz águila que previamente desgarraría su cuerpo para descubrir las vísceras. Día tras día la escena se repetiría, porque en la noche se repondría lo comido en la aurora del día anterior y…. así, toda la eternidad.
El dios Zeus, en venganza con los humanos, les envió una hermosa mujer, que llevaba una hermosa caja, en la que se encerraban las más terribles maldiciones. Al llegar a la tierra, Pandora –que así se llamaba la hermosa mujer- abrió la caja y por el mundo se expandieron las maldiciones del dios Zeus. Dicen los que saben, que aún hoy sufrimos las consecuencias de las maldiciones del dios Zeus.
Para los humanos, el uso del fuego les dio una gran ventaja sobre otros habitantes de la Tierra. Los humanos pudieron defenderse, fundir metales, asentarse y cultivar alimentos, producir útiles y armas, etc. etc. La civilización humana progresaba aceleradamente. Descubrieron la electricidad, las aplicaciones del vapor de agua y la producción de energía eléctrica. En el afán por descubrir nuevas fuentes de energía, y un grupo de humanos apoderarse de ella, descubrieron la emergía del núcleo del átomo. Fabricaron bombas atómicas, hicieron explotar dos de ellas –Nagasaki y Hiroshima- y se desató una ola de fabricación de armas nucleares capaces de destruir tres veces la vida humana en la Tierra –un exceso-, con una sería suficiente. La caja de Pandora, abierta.
A algunos “inteligentes” se les ocurrió que la energía atómica podría servir para producir vapor de agua. Ello llevó al desarrollo y construcción de centrales nucleares para la producción eléctrica, con serios peligros de contaminación, por sus residuos y accidentes, durante cientos de años –Long Islán, Chernobil, Fukusima-. Sin duda que la caja de Pandora, permanecía abierta.
Para la producción de electricidad, el hombre utilizó el carbón, y más recientemente el petróleo, lo que llevó al desarrollo de la industria petroquímica, haciendo que los que poseían el preciado líquido, se enriquecieran en forma desmedida e injusta. La combustión del carbón y petróleo, produjo una grave contaminación de la atmósfera terrestre que está afectando al clima y al calentamiento de la Tierra.
Lo que antecede se consiguió haciendo inversiones de miles de millones de dólares, productos todos de la riqueza conseguida con el trabajo de los humanos. Y ahora se están gastando miles de millones de dólares en producir la fusión nuclear –por cierto sin éxito- cuando es la fusión nuclear la que le permite al Sol enviarnos sus rayos DIA a DIA, que son energía a raudales –más de 1.000 veces la energía utilizada en todo el globo terráqueo- sin que se vuelquen los humanos en la utilización de esta generosa y gratuita regalía solar. ¿No te parece lector que ya basta de enriquecer a los poderosos que no quieren el uso de la energía solar? Cerremos la caja de Pandora.
Se dice que nuestro atormentado país no tiene fuente propia de energía. Pues bien, el Sol nos da cada día más de 100 veces la energía que hoy se consume. Por suerte, en nuestro país, un grupo de ingenieros, encabezados por mi amigo Juan Enrile, fueron los enviciadores del uso de energías no contaminantes, en primer lugar la solar, para la producción de energía eléctrica. Han pasado unos años y hoy, la empresa ABENGOA ha desarrollado las tecnologías, que son vanguardia para la producción de energía eléctrica, con origen en la solar. Estas técnicas, pueden garantizar sobradamente las necesidades en energía de España. Los detractores dicen falazmente que no son rentables. Quizá les parece rentable que España dependa para su subsistencia del inseguro gas argelino o del no menos inseguro petróleo del medio oriente. La energía solar es gratuita, por el petróleo y el gas hay que pagar miles de millones de dólares.
Quien se está beneficiando de estas tecnologías son los EEUU, donde ABENGOA las está instalando.
Llamo a las generaciones de la esperanza, a que en los próximos años resuelvan definitivamente la precaria y costosa situación de España en su fuente de energía. La solar es segura, diaria, distribuida, gratuita y hoy, se puede almacenar.
En nuestra era el humano ha obtenido la energía necesaria para el desarrollo de su civilización, destruyendo la materia –fuego y fisión nuclear-. Con ello se ha puesto en peligro la supervivencia de la Naturaleza. En el sol se produce la fusión nuclear. Energía calórica y fotovoltaica nos llega a raudales. Hoy hay las técnicas adecuadas para el inicio del uso de esas energías y otras limpias que nos brinda la Naturaleza. Se ha iniciado una nueva Era en la historia del Hombre. ¡IMPULSEMOSLA¡