José Manuel Fernández Lito era uno de esos líderes austeros, severos, respetados desde el magisterio y gran autoridad que ejercía cada vez que tomaba la palabra. Era duro como el acero, recto y sólido, austero, sobrio y riguroso, pero entrañable y cálido. Era el prototipo de lo mejor del asturiano, sencillo y generoso, pero de gran arrojo y decisión.
Allá en los primeros años de la década de los 70, desde la clandestinidad, los jóvenes del PSOE asturiano tuvimos que elegir entre prestar atención militante al frente político, universitario, vecinal, de barrio, municipal o institucional, o al frente sindical. ¿Lucha política o lucha de masas?.La UGT y el PSOE eran prácticamente lo mismo en los primeros tiempos de la Transición política, pues no hay que olvidar que La autonomía de la UGT como sindicato se recompone y se declara a la salida de la Dictadura con el XXX Congreso Confederal, en 1976.
En Gijón había una agrupación fuerte ya en aquellos momentos, bajo el liderazgo de históricos como su Presidente Marcelo García, o Agustín González “Otilio”, por aquel entonces miembro de la Ejecutiva del PSOE elegida en Suresnes, comandada por Felipe Y Guerra. El primer despacho laboralista de la UGT en Asturias y León y parte del Norte, también se instala en Gijón, atendido inicialmente por un joven abogado Sevillano del viejo “clan de la tortilla” de los andaluces, llamado Miguel Ángel Pino, y del que guardamos un gran recuerdo. El componente fundamental de la política socialista de Gijón era la UGT, la militancia sindical, con un sindicato predominante con implantación en la siderurgia, la industria blanca y el naval. Se decía que la UGT era quien mandaba, que el partido era la correa de transmisión de la UGT.
Al frente del PSOE estaba Jesús Sanjurjo, también gijonés. En la militancia sindical eran por entonces muy activos un grupo de jóvenes como Suárez, Donaire o Justo Braga. Y, entre ellos, una de las figuras que emergían con gran predicamento y liderazgo en ENSIDESA era José Manuel Fernández Lito. Rivalizaban en el socialismo y sindicalismo asturianos con otro modelo más tradicional, el encabezado por José Ángel Fernández Villa y el SOMA-UGT.
Cuando el PSOE vivió su primera crisis de crecimiento, con todas sus contradicciones fruto de los procesos de unificación con los otros partidos socialistas y del sedimento de distintas sensibilidades y culturas políticas, muchas de ellas forjadas en la resistencia y en la lucha contra el franquismo, allá en aquel 28 Congreso federal del PSOE, José Manuel Fernandez Lito intentó mediar desde el felipismo y desde un sindicalismo realista y pragmático con los sectores más ideologizados pro marxistas. En aquel Congreso Lito, ya con su autoridad, ejerció de Portavoz o representante de las delegaciones asturianas, jugando un papel muy importante.
Lito asumió enseguida responsabilidades sindicales en la sección sindical del Metal de ENSIDESA (Hoy Arcelor-Mital), pero también vivía los primeros tiempos de la Transición, del municipalismo en Gijón y de la preautonomía asturiana, llegando a ser Diputado Autonómico en el Parlamento Asturiano, y Secretario General de la UGT de Asturias.
Lito era un sindicalista adelantado en su tiempo, moderno, europeo, que entroncaba con la mejor tradición del sindicalismo socialdemócrata y con la CIOLS, templado y negociador, que sabía manejar como nadie la dialéctica movilización-negociación.
La historia industrial y económica de Asturias en la década de los ochenta y de su reconversión industrial no se puede entender sin lo que Lito representaba en el sindicalismo de la UGT. Es más, la modernización de la siderurgia española, la nueva acería de Avilés, y la orientación económica, industrial y sindical europea de la siderurgia, tiene en Lito a la primera autoridad española desde su representación sindical.
En la década de los noventa emergió con fuerza a nivel español.
Optó a la sucesión de Nicolás Redondo al frente de la UGT y acabó siendo durante mucho tiempo el gran líder y dirigente español y europeo, como secretario general del metal y de la MCA-UGT. Actualmente era el Presidente del MCA-UGT y de la Fundacion Anastasio de Gracia FITEL, y militaba en la Agrupación Municipal Socialista de Oviedo.
Nunca perdió su influencia en el PSOE. Era el gran oráculo de Ministros del área económica y confidente del Presidente del Gobierno. Siempre tenía una anécdota con la que ilustrar un buen consejo. Además era un activo y destacado miembro del Comité Federal del PSOE. Su palabra resonaba con fuerza y eficacia provocando grandes silencios de atención, admiración y respeto.
Podrán renovarse los liderazgos de un partido como el socialista. Es necesario. Pero sin la capacidad vertebradora, de anclaje y de sujeción, sinla aportación y entrega, sin el ejemplo y la escuela de acciones y valores de personas como Lito, la seguridad en la perdurabilidad del edificio se resiente.
Hoy estamos más descapitalizados humanamente. Huérfanos. Lito entra en la Galería de la Historia, pero el socialismo español, sin personas o estilos como Lito, corre el riesgo de no seguir escribiendo páginas tan brillantes como las que hasta ahora ha escrito en la Historia de España.