Desde hace tiempo, en el run run de la calle y en los foros de Internet se venía especulando con el trasfondo político de un pelotazo ESPECULATIVO de proporciones considerables. El origen del run run estaba en las extrañas razones que llevaron a los responsables del AVE Madrid-Barcelona a situar, durante los gobiernos de Aznar, la estación de Guadalajara no en la propia ciudad de Guadalajara, como cualquier persona normal podría suponer, sino en Yebes, un municipio de poco más de 500 habitantes que se encuentra situado nada menos que a 19 km. de Guadalajara. Como era de esperar, cuando el AVE empezó a funcionar, los ciudadanos de Guadalajara continuaron trasladándose a Madrid en su tradicional tren de cercanías, ya que les resultaba poco práctico trasladarse primero en coche a Yebes, por una carretera tortuosa y de un solo carril, y luego coger un billete más caro de AVE.
El resultado es que Guadalajara se ha quedado en la práctica sin estación del AVE –pese a las protestas de la Junta de Castilla-La Mancha– y que la extraña estación de Yebes sólo viniera siendo utilizada por una media de 15 personas diarias. ¡Lo cual es un auténtico disparate para un tren de alta velocidad!
¿Cuáles eran las razones profundas de tanto despropósito y despilfarro? Bien pronto las cosas se aclararon y en Yebes, cuyo Alcalde es del PP, se aprobó un plan de urbanización de 9.000 viviendas. Es decir, una auténtica bicoca: vivir en un agradable entorno natural, a tan sólo 25 minutos del centro de Madrid, conectado por un transporte cómodo y moderno. Inmediatamente se levantó en torno a la flamante estación del AVE de Yebes un bosque de grúas y empezó a crecer una ciudad que cuenta con campo de golf y otras instalaciones privilegiadas, una ciudad que llegará a tener en torno a 30.000 o 40.000 habitantes.
Y todo ello gracias a que una milagrosa estación del AVE se plantó en medio de una enorme finca, cuyos propietarios, curiosamente, eran una tía y unos primos de la colérica señora Aguirre, Teresa Micaela Valdés. Pero ahí no queda todo, ya que en realidad el marido de Esperanza Aguirre y su familia son propietarios de miles de hectáreas en este municipio y sus aledaños. Por ello, la Presidenta de la Comunidad de Madrid se negó a responder a la cadena SER cuando fue preguntada si ellos en concreto eran propietarios de grandes extensiones de terreno en el vecino municipio de Chiloeches, después de proclamar muy airada que ni ella ni sus familiares más directos tenían ni un metro cuadrado en Yebes y que daría 10.000 metros a cualquiera que encontrara uno solo a su nombre. Promesa, verosímilmente, muy similar a la que hizo en su día de dimitir si no reducía drásticamente las listas de espera en la Sanidad madrileña. Cosa que no ha hecho.
Las noticias que circulan en Internet sobre la implicación directa de altos dirigentes del PP en las obras del AVE –y en la localización de las estaciones–, así como de empresas vinculadas a Berlusconi, con intermediarios como el “cuñadísimo” de Aznar, hacen que todo este asunto aparezca trufado de interrogantes que es necesario aclarar. Para colmo de casualidades parece que el arquitecto municipal de Yebes en este período ha sido el hermano de un muy alto dirigente del PP.
Pero a Esperanza Aguirre, con el desparpajo que la caracteriza, todo esto no la inmuta. Según ella, al que hay que preguntar por este embrollo tan lucrativo es a Bono. ¿Por qué? Evidentemente se necesitan aclaraciones, sin demoras ni desviaciones.