La nueva película de José Luis Garci parte de un cuento de Ramón Pérez de Ayala, sobre el caciquismo en la España de principios del siglo XX. Esta adaptación combina los elementos esenciales de esta pequeña novela, la tragedia y el costumbrismo.
Garci sale del estudio para volver a rodar en su Asturias querida, y así recuperar paisajes como los de el Palacio de Meres, donde rodó parte de “El abuelo” y de “You are the one”. Pero también otros como el bosque del Jardín Botánico de Gijón; la plaza del Fontán de Oviedo; o el Colegio San Nicolás de Bari de Avilés.
Ambientado a principios del siglo XX, el filme narra el enfrentamiento que mantiene el nuevo secretario de un Ayuntamiento asturiano (Álex González) con el dictatorial alcalde (Carlos Larrañaga) y sus tres hijos, a la vez que se enamora de una joven (Paula Echevarría). “Es como un western, un alegato contra la injusticia y eso es algo intemporal. Como la bondad y la razón, valores que también están en el filme, al igual que el paisaje de Asturias”, comenta el director. El guión, escrito por el propio Garci y Horacio Valcárcel, relata una historia de amor y de violencia. En momentos de cambios sociales y de una política corrupta. En un clima propicio para enfrentar a los opuestos y extraer lo mejor y lo peor de cada individuo.
“Luz de domingo” se sumerge en la tragedia que ha surgido de una combinación de circunstancias que conspiran para frustrar la felicidad humana: la brutal política caciquil provinciana, el egoísmo del hombre, la bondad de los protagonistas, los designios inescrutables del destino. Y por qué no decirlo, la constante inclinación rural a la resignación.
Garci nos vuelve a ofrecer buen cine, con mayúsculas. Magnífica realización, exquisita puesta en escena que se ve reforzada por la excelente fotografía de Félix Monti. Con una cálida música que incorpora la gaita de José Ángel Hevia. José Luis Garci permanece fiel a su estilo, nos vuelve a ofrecer un cine entrañable que busca y crea emociones con una espléndida factura artística.