Uno de los principales mantras postelectorales que se escuchan en altos círculos socialistas es: “El PSOE va bien, pero Madrid tiene un problema”.

Para los que no estamos muy duchos en alta política, es posible que se nos escape una parte del sentido profundo de dicho mantra-análisis. Pero, en cualquier caso, no está de más que, entre todos, profundicemos con mayor detalle en su contenido.

Generalmente, se tiende a convenir que en la actualidad Madrid es una plaza “de derechas”, incluso, muy de derechas. Pero lo cierto es que, en tiempos no lejanos, en Madrid el PSOE ganaba con holgura suficiente, incluso se hablaba del cinturón “rojo” de los grandes municipios de la Comunidad.

Un buen método para empezar a profundizar sobre lo que ha pasado en los últimos años sería “preguntar” y pedir consejo a los que antes ganaban en Madrid. Lamentablemente, a Tierno Galván no se le puede preguntar, pero sí a muchos de los que colaboraron con él. A Joaquín Leguina sí se le podría pedir consejo. También, por supuesto, a quien organizaba las campañas del PSOE en aquella época de mayorías: Alfonso Guerra, y a algunas personas destacadas de su equipo, como Roberto Dorado. Me parece que algo se podría aprender de sus experiencias sobre cómo se podrían ganar nuevamente elecciones en Madrid.

Por otra parte, el recurso al susodicho “mantra” no debiera eximir de considerar todo lo que se podría hacer para mejorar las posiciones electorales del PSOE en un lugar como Madrid, donde se registran más sensiblemente los errores, las discrepancias y los déficits de comunicación de las políticas nacionales. Por diversas razones, hacer mejores política desde la izquierda y explicarlas mejor sería también una manera de situarse en condiciones de ganar en Madrid.

Posiblemente, lo segundo que habría que tener claro es que las posibilidades de ganar en la Comunidad de Madrid dependen en muy alto grado de ganar –o tener buenos resultados– en la ciudad de Madrid, donde se sitúan la mayoría de los votantes de la Comunidad. De ahí la importancia de presentar buenos candidatos en la capital. Candidatos que no se pueden improvisar en el último momento, con personas poco arraigadas en la ciudad e, incluso, poco conocedoras de sus problemáticas.

Si no se dan estos requisitos y, además, los candidatos parecen “impuestos” desde fuera y no tienen la entidad política suficiente, los madrileños –que son muy suyos– pueden recibir un mensaje de poca consideración, o poca atención hacia ellos. Lo cual se explica con bastante claridad en la primera página de todos los manuales sobre técnicas electorales.

Además, es importante que no haya dudas de que los candidatos sean del PSOE, que tengan propuestas y perfiles coherentes y que se atengan a una disciplina de campaña, no improvisando estrategias “singulares” –por decirlo de manera suave– que acaben teniendo resultados desastrosos.

Si se quiere ganar, también sería bueno que se trazaran estrategias a medio plazo, que se trabajara sistemática y coordinadamente, respetando la autonomía organizativa de Madrid y se dedicaran los recursos económicos y propagandísticos necesarios, dejando de lado afanes excluyentes y divisorios, integrando a más líderes madrileños, de diferentes edades y sensibilidades, en tareas políticas nacionales. Si de verdad se quiere ganar en Madrid habría que hacer todo esto y algunas cosas más.

Si no se hace, habría que empezar a preguntarse si el problema “de Madrid” está de verdad en Madrid, o en otros lugares.