Pero, ¿cuáles son los motivos de los europeos? Sin ninguna duda, Obama es el candidato de Europa. Pero existen unas circunstancias diferentes al momento en que fue elegido hace cuatro años.
En primer lugar, Obama se ha convertido en el político que Europa añora. El descrédito de los políticos europeos es evidente; la poca credibilidad entre sus votantes y la falta de un liderazgo europeo en un momento de crisis como el actual. Europa no es la referencia política ni moral ni intelectual ni económica que ha sido y representado desde la Segunda Guerra Mundial.
En segundo lugar, Europa no solamente está en retroceso, sino que ha olvidado cuál es su papel histórico. Su desmembramiento, su falta de solidez y cohesión, las políticas internas que están llevando a la pobreza a miles de europeos, y, básicamente, la falta de un proyecto europeo. Los europeos ya no creemos en Europa: hemos dejado de soñar en ella. Nos hace daño, elimina derechos, camina en dirección contraria a lo que durante años hemos construido. ¿Cuál es el proyecto de Europa en estos momentos? ¿Hacia dónde caminos? No sabemos el futuro del euro, ni si existirá una Europa de pobres y ricos, o una división entre Norte y Sur que anulará aquel proyecto de Estado de Bienestar común.
En tercer lugar, Europa no es un referente internacional. Es un problema. Nos miran de reojo pendientes de la ineficacia con la que gestionamos nuestra crisis. Ya no estamos frente a una crisis mundial, sino que sus límites están dentro de las propias fronteras europeas.
En cuarto lugar, el problema de Europa ya no es su crisis, sino las soluciones que se están tomando. La asfixia, los recortes, la austeridad exagerada, el desempleo, la desconfianza, la indignación, el aumento de la pobreza y la desigualdad, la pérdida de la clase media, … elementos que están llevando a la ruina a países como Grecia, Portugal y España.
Lo sorprendente es que tanto progresistas como conservadores europeos se han manifestado a favor de Obama (no sé si todos con la misma sinceridad o algunos se suman a caballo ganador). Siendo así, podemos preguntarnos: ¿por qué tomamos medidas diferentes a las que se están aplicando en EEUU?; ¿por qué los gobiernos europeos siguen soportando la mano dura de Merkel?; ¿por qué no se cambia el rumbo?; ¿por qué seguimos en caída libre mientras vemos que en EEUU se tiene esperanza?
Europa no tiene un líder, ni tampoco un proyecto, ni una cohesión entre sus Estados, ni un discurso, ni un relato moral que construya sus políticas, ni compasión, ni racionalidad humana en su gestión, ni sentimiento de orgullo que aúne a los ciudadanos.
Hemos votado a Obama, no con votos, sino con la esperanza. Lo que es un síntoma de que no es cierto que nuestra ciudadanía europea no confíe en la política, sino que no confía en “esta política europea” ni en sus políticos de corto recorrido y sin proyección histórica.
Nuestro voto virtual a Obama significa el fracaso de la actual política europea. Y la búsqueda, fuera de nuestras fronteras, de la solución a nuestros múltiples problemas.