La película cuenta la historia real de Philomena Lee, una mujer irlandesa que, tras quedarse embarazada cuando era una adolescente, se vio obligada a dar a su hijo en adopción. Después se dedicó a buscarlo durante cincuenta años. El guión se articula a partir del libro de Martin Sixsmith el periodista que la ayudó en la búsqueda de su hijo. Y que es interpretado magníficamente por uno de los guionistas Steve Coogan.

Stephen Frears nos demuestra de nuevo su talento cinematográfico en Philomena, sin duda, uno de sus dramas mejor acabados. Una película conmovedora y estimulante pero sin renunciar a mostrar la realidad con toda la crudeza que tiene.

Podemos afirmar que es un drama con especial tinte británico, aunque los hechos ocurrieron en Irlanda. Cuenta el papel que las órdenes religiosas, en este caso de monjas, han jugado en el orden moral y social impuesto y, que han tenido reflejo en todos los países de tradición católica.

La historia está magníficamente dirigida, llena de emoción con unos personajes en inicio tan distintos y complementarios, que de no entenderse pasan a comprenderse. Un camino muy difícil de trasmitir en la gran pantalla y que lo logran con las insuperables interpretaciones de Judi Dench y Steve Coogan.

Una cinta que recomiendo ver y disfrutar para entender que la grandeza humana no sólo se encuentra en conseguir justicia, sino también en perdonar sin olvidar.