Las encuestas del CIS responden a otro tipo de realidades, ya que se trata de una entidad acreditada, que cuenta con un importante presupuesto para realizar encuestas y que basa sus análisis en muestras estadísticas de suficiente entidad. La última Encuesta del CIS se ha basado en la realización de 18.000 entrevistas domiciliarias personalizadas. De ahí su valor y credibilidad, dentro de los márgenes propios de este tipo de estudios, que sólo anticipan un escenario posible si las cosas no cambian antes del momento de las elecciones. Por ello, hay que ser conscientes de que de aquí al 9 de marzo la propia libertad de los electores posibilita un cambio de tendencia. Cambio que se ha producido no pocas veces, en ocasiones debido a las propias previsiones de los pronósticos sociológicos, que hacen que determinados votantes modulen o reajusten sus orientaciones en función de lo que “puede” ocurrir.

En este sentido, la última previsión del CIS* de un triunfo ajustado del PSOE (con una ventaja de 1,5 puntos sobre el PP, que se podría traducir en una diferencia mínima de hasta sólo 1 escaño) debe entenderse básicamente como una información útil para entender el marco político probable que podría darse después de las elecciones del 9 de marzo.

*Vid., información completa de la Encuesta del CIS en “De Interés”.