Pero, al menos, ya tienes un consuelo. Cuando te quejes de que cualquier autorización que deba aprobarte la Administración pública tarda años en llegar. Cuando desesperes por los interminables trámites burocráticos que te impiden conseguir cualquier cosa que dependa de un organismo público. Cuando envejezcas esperando que un tribunal dicte sentencia sobre un tema que te afecta, piensa en el Alakrana.
Si la sociedad española, si nuestra Democracia, si el Estado de Derecho del que nos hemos dotado voluntaria, decidida, trabajosa y orgullosamente, tiene problemas de tramitación administrativa para salvar la vida de 36 personas secuestradas por unos piratas, ¿cómo puedes pretender que tu humilde caso predomine sobre el Estado de Derecho saltándose las normas que con tanto esfuerzo hemos encargado a nuestros Representantes que aprueben en el Congreso y refrenden en el Senado?
Pero confía en el sistema. Si las 36 personas se van a salvar, si el Estado de Derecho ha logrado una forma de tramitar el expediente de manera satisfactoria para salvar a las personas y, sobre todo, al Estado de Derecho, ¿cómo no va a ser capaz de solucionar lo tuyo? Deja que el Procedimiento Administrativo lo digiera y, a su debido tiempo, te lo eyectará en forma de Decisión Administrativa.
Y, sobre todo, no pienses que el Sistema tiene la culpa de tus desgracias. Lo que ocurre es que ese ente tiene compartimentos, desafortunadamente muy cercanos a sus zonas nobles, donde personas deseosas de notoriedad se asocian con fundamentalistas de la norma para exagerar el gesto, como los malos actores, y complicar la vida a la humanidad. Por cierto, cuando en ese río revuelto aparece algún personaje sin escrúpulos, ya tenemos corrupción administrativa. Pero ésa es otra historia.