En mi opinión, estas tres condiciones se dan en España en estos momentos. Pero, obviamente, hacen falta algunas cosas más para que llegue a existir un partido de centro. Entre otras cosas se necesitan cuadros políticos, estructuras organizativas, recursos materiales y apoyos mediáticos. Y nada de ello se puede improvisar. Sin embargo, el caso de “Ciudadanos” en Cataluña ha demostrado cómo en poco tiempo se puede poner en marcha una organización capaz de captar apoyos significativos en las urnas, aunque se parta de planteamientos más bien “opositores” y “resistencialistas”; es decir, sin que exista una opción real de gobierno.
En el caso del centro, las opciones son muy diferentes y, sobre todo, mucho más potentes. De ahí que las posibilidades iniciales de éxito de una formación de centro en España van a depender, en buena medida, de que al frente de este eventual partido se sitúe una figura con una bien demostrada capacidad de gobierno. Es decir, para que un partido de centro organizado ex novo pueda obtener buenos resultados iniciales tiene que ser valorado por la opinión pública como un partido que puede gobernar, que tiene buenos equipos y, especialmente, que tiene un líder al que se le puede confiar el gobierno, que puede llegar a gobernar.
Precisamente, estas últimas condiciones no se daban en los dos intentos anteriores de reorganizar el centro, después de la crisis de la UCD; además de lo inapropiado del momento político, como ya resaltamos en entregas anteriores de este análisis. Suárez estaba totalmente quemado cuando lanzó el CDS y a Roca la verdad es que nadie lo veía como eventual gobernante de España. Lo suyo no era una “opción”, sino una “operación”. La “operación Roca” –se decía–.
Por ello, si el centro político quiere volver a contar en España tiene que tener un líder que proyecte la imagen de un potencial gobernante solvente de España, solo o en coalición. No es extraño, por tanto, que en los círculos políticos y económicos y entre los analistas circule el retrato-robot de alguien que es Alcalde de una ciudad muy importante, que tiene niveles altos de popularidad y de apoyos electorales y que ha demostrado, a lo largo de bastantes años de experiencia de gobierno, una notable capacidad ejecutiva y de resolución, aunque algunas de sus iniciativas hayan sido un tanto polémicas.
Los movimientos que se están produciendo entre círculos económicos y sociales muy importantes y las tomas de postura en influyentes medios de comunicación, indican que, desde diferentes perspectivas, se están haciendo análisis similares a los que se reflejan en esta serie de “Tendencias”.
Con menos posibilidades “objetivas” que las que se están prefigurando en España, en otros países se han emprendido iniciativas de cierta entidad política. ¿Qué pasará en España? Los resultados de las próximas elecciones municipales y autonómicas avanzarán algunas claves importantes en esta dirección. Mientras tanto, los estrategas del PP continúan chapoteando en el barrizal de la “conspiración” del 11-M, no perdiendo ocasión para arremeter desmedidamente contra el PSOE, y no contra ETA, cada vez que algún encapuchado se sale del tiesto. Al final, la impresión que pueden sacar muchos electores es que el PP no tiene más proyecto que atizar al PSOE con dureza y sembrar dudas sobre las instituciones.