Nuevamente Mariano Rajoy y el Partido Popular se confunden al intentar negar a los ciudadanos, de nuevo, la evidencia de la existencia de una caja “b” en el PP y la sistemática financiación ilegal que durante décadas ha realizado ese partido. Que lo afirme uno de los protagonistas como es el extesorero Luis Bárcenas, que tras dieciocho meses sale ahora de la cárcel, parece no hacer mella en la estrategia de la mentira. Que también lo demuestren las pruebas ya contrastadas en los juzgados, no les lleva a reconocer sus actos y asumir responsabilidades. Como tampoco que confirme los hechos el propio escrito de la Abogacía del Estado, dependiente del Ministerio de Justicia, donde pide una pena de cárcel para Bárcenas de 62 años y 8 meses de cárcel por estafa procesal y 17 delitos fiscales que habría cometido entre los años 2000 a 2009, durante los que dejó de ingresar una cuota tributaria de 11,2 millones de euros.
A lo mejor creen Mariano, Cospedal y compañía que los españoles somos un caballo sin memoria, como en el bello poema de León Felipe. Pero no, nos acordamos de la última valla que saltamos y también de todas las vallas legales que se ha saltado el Partido Popular en estos años. Por ese motivo, crece aún más la indignación ciudadana ante la evidencia de los hechos delictivos realizados; ante el intento de ocultarlos y mentir sobre los mismos negándolos, y ante la protección de los responsables y la ocultación que pretende hacer el PP de este caso.
En una democracia seria, las declaraciones realizadas por Maria Dolores de Cospedal, Secretaria General del PP, pero también presidenta de una Comunidad Autónoma, diciendo que “Si hay una caja “b” no es del PP sino de la persona que la llevaba”, no solo son ofensivas sino que tendrían que tener como consecuencia inmediata su salida de las instituciones y de la política. Después de la famosa “indemnización en diferido”, ¿cómo se atreven todavía a negar los hechos y a no asumir ninguna responsabilidad?
María Dolores de Cospedal, como abogada del Estado que es, sabe que cuando un abogado del Estado afirma en un escrito que se acredita la existencia de una caja “b” en el PP, esto significa que había caja “b” en el PP. Tan simple, tan claro y tan sucio. Y por si hay dudas, recordemos lo que dice el escrito de la abogacía del Estado textualmente: “consta acreditada la llevanza por parte de Luis Bárcenas, prevaliéndose al efecto de sus cargos de gerente y tesorero del PP -puestos que ocupó desde 1990 hasta el 2009- junto con el imputado Álvaro Lapuerta -quien fuera tesorero del PP hasta 2008- de una contabilidad paralela o caja “B” -denominación atribuida por no aparecer asentados los pagos que integrarían la misma en los libros contables, ni declarados a la Hacienda Pública- del referido partido político entre los años 1990 a 2008″.
Los ciudadanos hace ya mucho tiempo llegaron a la conclusión de que el PP se financió ilegalmente y tienen que asumir responsabilidades por ello todos los culpables. Todos. Por eso, la actitud de sus dirigentes solo se entiende desde su objetivo de engañar a la justicia y utilizar todos los mecanismos a su alcance para cumplir esa misión sin que se conozca toda la verdad.
¿Por qué digo esto? Porque recordamos los hechos. Concretamente, estos días cobra mucha vigencia la portada del periódico EL MUNDO, del 15 de julio de 2013, donde aparecía la siguiente frase: “Si hablas tu mujer irá a prisión; si callas, caerá Gallardón y se anulará el proceso”. Bajo este titular, la información detallaba que el abogado del otro extesorero del PP, Álvaro Lapuerta, una persona de la máxima confianza del PP le había soltado estas palabras a Luis Bárcenas en la cárcel de Soto del Real unos días antes.
Todos en el PP negaron la información. Pero si recordamos los mensajes de Rajoy a Bárcenas y su mujer: “Luis, nada es fácil, pero hacemos lo que podemos. Ánimo”, dos días después de conocerse que tenía cuentas en Suiza, “Tranquilidad… es lo único que no se puede perder”, enviado entre febrero y abril de 2012; “Yo estaré ahí siempre, al final la vida es resistir y que alguien te ayude”, mayo-septiembre 2011 a la mujer de Bárcenas; y observamos qué ha pasado desde entonces podemos sacar algunas conclusiones. La primera es que la mujer de Bárcenas no ha ido a la cárcel, al menos todavía. La segunda, es que Gallardón ya no está, no sabemos si porque alguien calla y qué calla. Y la tercera, es que algunas cosas están cambiando en cuestiones como las comisiones rogatorias que hacen muy difícil llegar hasta el final en algunas actuaciones y pueden imposibilitar la acusación de ciertos delitos.
Casualidad o no, esto es lo que está ocurriendo. Nada más y nada menos que una nueva maniobra desesperada del PP por intentar ocultar la verdad y quién sabe si anular el proceso o parte de él para que Bárcenas no hable. En todo caso, el PP debe saber que la España de 2015 no está dispuesta a consentirlo. Esta España quiere perseguir la corrupción, quiere justicia y no quiere ni ceremonias de la confusión, ni grandes mentiras envueltas en pequeñas verdades.
Rajoy: “tranquilidad…es lo único que no se puede perder”.